-En un torneo de gran nivel, consigue la revancha de la final de 2017 ante Aczino
-Bnet, representante español, acaba cuarto con el estilo que enamoró al Wizink Center
Darío Novo
Es difícil celebrar de manera correcta algo que llevas persiguiendo toda una vida. Misionero levantó la mano de Wos y dejó abajó la de Aczino. El argentino ya era campeón del mundo. Erguió su brazo 90 grados, hizo fuerza, miró a su verdugo de hace un año, ayer convertido en su víctima y el confeti voló. Lo vimos con un plano amplio del Club Hípico de Buenos Aires lleno. Quienes lo llenaban ya lo sabían, como casi todos. Pero nadie sabía cómo sería llegar hasta ahí.
La final de Argentina acaba por demostrar que el freestyle está en su mejor momento, que ha ido ganando adeptos y que vino para quedarse. Valentín Oliva concluye, de esta manera, un meteórico ascenso y demuestra que, la calle Argentina, en lo que a rap se refiere, ha sido la mejor cantera de Red Bull. De El quinto escalón a la final internacional sólo hay dos años y un campeonato nacional de por medio.
La única posibilidad real de que no se hiciera con el título sucedió en unos octavos de final que fueron el anticipo de lo que se venía encima en términos de espectáculo. Rapder, el campeón mexicano, un tipo con dejes de Aczino y una valentía que asusta, le puso entre las cuerdas con un primer minuto de contestación que asustó a un público que venía de ver como su compatriota Dozer era eliminado, de dudosa manera, por Arkano. La base le salvó o más bien, la mala adaptación del mexicano a él.
Unas bases que quitaron el hipo, por cierto, y que demostraron el buen hacer de DJ Atenea. Fue criticada su elección como encargada de musicalizar el evento por todos aquellos que no conocen el hip hop. El único argumento esgrimido, sin decirlo, es que es una mujer. Es un orgullo su llegada, como lo es que el público argentino no celebre las rimas sexuales y que estalle cuando Wos lanza a los cuatro vientos que su país y su gente está libre de homofobia.
Los octavos descubrieron a Valles T, reafirmaron las buenas formas de Pepe Grillo y su flow, pusieron como candidato a Bnet, consolidaron a Letra y dejaron dos batallas para ver una y otra vez.
La esperada, el Aczino-Jaze. Tras un primer minuto de Aczino en pura forma, el conocido como MC mochila dio lo mejor de sí para plantar cara por un rato al que, por entonces, era el campeón del mundo.
Fueron dos minutos brillantes acabados por el peruano muy en alto, con grandes frases, puro rap. Mau se impuso por veteranía y por ausencia de réplica pero, tras ocho batallas, nos dimos cuenta que estábamos ante una era de igualdad.
La otra, la batalla que, a priori, era la menos jugosa. RVS e Índico ofrecieron un espectáculo dignísimo de improvisación de la divertida. Con cruce de estilos, se llevaron una réplica que fue pura poesía para el espectador. Índico, un tipo que por apariencia podría haberse escapado de La Banda del Patio, asesinó con la palabra haciendo sacar una sonrisa un domingo por la tarde. Con lo que eso supone.
Rumbo a la final
En los cuartos, duelo español. Bnet se impuso a Arkano en una batalla que puede ser predecesora del cambio de ciclo. Es probable que el actual campeón español, el joven Bonet, sintiera incluso el eliminar al alicantino. Arkano ha supuesto que el freestyle pueda profesionalizarse, que llegue a lo de ayer e, incluso, que haya podido formar gente como Bnet. Así es la vida y, a buen seguro, Arkano lo sepa. Y se alegre. Porque Arkano es el freestyle.
Wos acabó con Letra, que siguió mostrando su pletoricidad con la palabra como ya hiciera en BDM e Índico, que no estuvo tan pletórico como en su cruce de octavos, pagó la impresión de tener en frente a Aczino. Pudo rematarle, pero hay que disparar tantas veces al mexicano que no había balas en toda Argentina.
El Valles T-Pepe Grillo fue unánime: victoria del colombiano por 5-0 ante el chileno. Y eso que ser campeón nacional de Chile no es baladí: todos hemos pensado que da cierto respeto viajar al país y que cualquier ciudadano se ponga a improvisar con un nivel de miedo. Valles T confirmó también la sospecha y la amenaza que supone el rap colombiano. Porque un país que cuenta con un nivel de uso de la lengua española como Colombia, tarde o temprano acabará por imponerse en estas disciplinas. Más temprano que tarde.
Las semifinales fueron, quizá, el gran error de la organización. Un a capella con objetos un tanto raro, que descafeinó la primera parte de las eliminatorias. En la de Wos y Valles T, pudimos ver una intervención de Misionero al colombiano cuando sacó un objeto del baúl del argentino. Es Misionero un tipo caliente, el mejor host del momento sin dudarlo, pero al igual que le ocurre en FMS con algunos abrazos a Replik y a Trueno, que, seguramente, son un toque de paternalismo y de ‘joder, a donde llegan estos niños’, son ciertamente incómodos para el freestyler e, incluso, para el público. Wos se llevó la semifinal por tres votos a dos.
Por el otro lado, la opción española: Bnet. El joven madrileño tenía en frente a un Aczino que nunca falla. Si en la primera semifinal los objetos fueron casi una condena, en esta dieron juego. Un skate lanzado al suelo por el representante español fue utilizado por el mexicano para hacer un truco en pleno escenario. Fue otra calavera de Kaiser.
Tres votos a Mauricio y dos réplicas dieron el pase a la final a un Aczino que olía la sangre. Con esta decisión el jurado también acabó por aportar su parte de absoluta correción, sumándose así a la fiesta de la mejor final de la historia. Muchas visiones parecidas, ninguna decisión polémica -salvo el Dozer-Arkano, discutible- y unas formas perfectas. Mejor un residente de las batallas como Duki que un residente de la fama como Residente.
Apocalipsis final
Bnet cayó en el tercer y cuarto puesto ante Valles T justo antes de confirmarse algo ya conocido: que la final internacional de 2019 se competirá en España. Red Bull volvió a apostar por un truco visual cutre, de tercera, con lo bien que había ido todo. Banderas pasaban por las pantallas en lo que ellos llamaban ‘ruleta’. Es mucho más sencillo realizar uno de los espectaculares vídeos que hacen, conversar con alguien del país, que Invert, que allí estaba, lo anuncie, que sea la propia Queen Mary o Mbaka, o Rajoy, llegado el caso, que intentar engañar a los espectadores con un gif de cuarta con un sorteo que nadie se cree.
La final comenzó en dos atriles desde los que los candidatos dirigían un discurso al mundo. Por lo que pude comprobar en Twitter, a los gallos de España no les hizo mucha gracia. A mí, como espectador, me pareció perfecto. Wos y Aczino sabían de la posibilidad de enfrentarse y se notó en esos primeros 60 segundos.
Tras ellos, llegó una de las apuestas de la final española: medios patrones de ida y vuelta. En ellos, el público, que demostró ser el mejor del planeta para estos eventos, declinó la balanza hacia el local gritando media barra de Wos que no dejó concluir a Aczino. De ahí al final, todo se hizo raro porque el argentino contestó al mexicano y luego contestó también en su tiempo.
El 4×4, que al final es lo más reclamado por el público, devolvió de nuevo a la primera de las teorías: que ambos candidatos esperaban esto. Wos estuvo más ingenioso y Aczino, con su capucha verde de la sudadera que le ha acompañado años, consiguió esa mágica conexión con el Club Hípico.
La final tuvo que cambiarse de horario por la pasión de los argentinos por el fútbol y ese River-Boca que se hubiera disputado a la vez que la final. Valentín Oliva, a sus 20 años, ya ha pisado el Congreso, ha ganado una nacional y una internacional de Red Bull. Si no supo expresar más su victoria es porque ya la había conseguido y porque, una hora después, su River se jugaba una Libertadores. Ganó con la misma pasión que el club del que es hincha: con un cambio de hora, recibiendo un tiro al poste de Rapder como Jara en el Bernabéu y con tres goles, uno ante Letra, uno ante Valles T y uno ante Aczino. Pura Argentina.