“La familia Bloom”, aunque bien con metáforas poco elocuentes, recuerda al espectador la importancia de la belleza de lo sencillo
Alba Blanco
No es la primera vez que Naomi Watts se enfrenta a dramas inspirados en hechos reales en la pantalla. Ya con “Lo Imposible” dejaba atónito al patio de butacas interpretando el papel de esa madre que, pese a las crudas circunstancias, intentaba salir adelante por su familia. En “La familia Bloom” la fórmula dramática (de nuevo acontecida en Tailandia) parece repetirse.
En la película, Sam Bloom (Naomi Watts) es una madre que vive con su marido y con sus tres hijos en un idílico lugar rodeado de una aparente felicidad. Durante un viaje veraniego a Tailandia con su familia, Sam cae por una barandilla y se queda paralítica de pecho para bajo. La situación idílica se torna entonces en una depresión profunda para el personaje de Sam, ya que esta no puede vivir en ese estado, y para su marido y sus hijos que intentan continuar con la vida familiar.
Sin embargo, cuando parece que la esperanza se ha agotado por completo, aparece una urraca herida que no puede volar. Noah (uno de los hijos) decide apodarle como “Penguin”. A pesar de la poca aceptación que recibe el ave por parte de Sam, pronto Penguin acabará convirtiéndose en toda una metáfora de su propia situación. Marcando así una gran diferencia en la recuperación anímica y física del personaje.
Clichés con buenas interpretaciones
Dirigida por Glendyn Ivin, la película cuenta con un reparto en el que destacan Andrew Lincoln, en el papel de padre atormentado que procura salir hacia adelante, y Griffin Murray – Johntson, Noah, el hijo más sensible y consciente de la situación que atraviesa la familia.
“La familia Bloom”, aunque bien con metáforas poco elocuentes, recuerda al espectador la importancia de la belleza de lo sencillo, incluso cuando todo parece venirse abajo. Los estereotipados mensajes del filme se ensombrecen y dejan paso a la brillante y sensible interpretación de Watts.
La película se estrenará en cines el próximo 15 de octubre, después de haber pasado por el Festival de Cine de Toronto y por el BCN Film Fest.