El Reino: El peso del poder

Alfonso de la Rocha

Antonio de la Torre asume galones, y demuestra su torrencial interpretativo, en una de las películas más aclamadas del festival de San Sebastián 2018

4/5  Cofres

Sorogoyen lo ha vuelto a hacer, ha sido capaz de dirigir, escribir el guion y dar vida propia, a una nueva película. El Reino supone la perfecta definición del genero thriller, una obra que ha conseguido mantener en vilo al público en todo momento, y dejar sin respiración a la sala en ciertos puntos.
La trama de la película se centra en Manuel (Antonio De la Torre), un vicesecretario con gran influencia, preparado para dar el salto a la política nacional. Un buen día, una serie de filtraciones y soplos internos, hacen que su perfecta y corrupta vida, así como la de sus compañeros, se desmorone por completo. Manuel tendrá que tratar de solucionar el complot que el partido realiza contra él, tratando de implicar, y sacar a la luz, todos los trapos sucios de los políticos y empresarios más poderosos del país.
Al argumento (candente y actual, cuanto menos) y a la trama (muy bien pensada, escrita y llevada a cabo) hay que sumarle dos factores fundamentales: Uno de ellos es la música, presente en casi todo momento, siendo capaz de colmar el ambiente de una espesa tensión; y, por otro lado, la cámara, la cual se encuentra en continuo movimiento (destacando las persecuciones al protagonista), aportando una dosis extra de realismo. Ambos elementos bien podrían ser considerados como dos personajes añadidos, que se encontraban siempre presentes.

Contundente crítica social

La película en sí constituye una crítica al sistema político actual, siendo la corrupción el hilo conductor de toda la historia. Además, en estos 122 minutos, podrás meterte de lleno en el mundo de la política: los entresijos, las cenas clandestinas, las conversaciones de negocios entre poderes etc.; siendo la riqueza,  el poder político y el egoísmo más acérrimo, los grandes fines de cada acto de nuestros personajes.
Los propios guionistas (Rodrigo Sorogoyen e Isabel Peña), nos han hablado, incluso, del exhaustivo trabajo de documentación, y el gran esfuerzo, que ha supuesto conocer de primera mano todo este sector, garantizándonos así una autenticidad y una veracidad absoluta. Como ellos mismos nos han hecho saber: “Era un mundo totalmente desconocido para nosotros, para prepararnos nos veíamos todos los telediarios, hablamos con más de un político, e incluso nos inspiramos en grandes películas internacionales”.
Eso sí, tanto Sorogoyen como Isabel, tenían crítica para todos, y también se han atrevido a destacar la gran politización que sufren los medios de comunicación, y el egoísmo que coexiste en la sociedad en general, dando a entender que no son los políticos los únicos que cometen errores.

Antonio de la torre da un paso al frente

Otro de los aspectos  a destacar es la magistral actuación de Antonio de la Torre, asumiendo el cargo de actor protagonista.
En una película tan íntima, donde hay muy poca profundidad de campo en gran parte de los planos, y la cámara está siguiendo prácticamente todo el tiempo al personaje, el margen de error es muy fino, y Antonio está realmente soberbio.
Su sobriedad, su carácter y, sobre todo, su capacidad para hacernos empatizar con el personaje, a pesar del rechazo social que este puede llegar a suponer; es digno de mención y de admirar.
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