Natalia Sánchez
3,5/5 cofres
El director con más altibajos en su filmografía que conozco, Ron Howard, nos presenta una historia bastante interesante protagonizada por Chris Hemsworth (para mí su segundo mejor papel después de ‘Rush’), Tom Holland (joven con muchísimo talento que ya ha empezado a despuntar y al que le auguro un futuro prometedor), Cillian Murphy (genial, como siempre), Benjamin Walker y Brendan Gleeson…Está basada en la historia de Moby Dick pero no en la que todos conocemos del clásico de 1956 de Gregory Peck basada en el gran libro de Herman Melville y su conocidísimo comienzo ‘Call me Ishmael…’
Esta película es una adaptación de la historia real que inspiró al escritor, nunca antes contada en el cine: la epopeya que vivió el navío ballenero Essex de Nantucket (Massachusetts), atacado y hundido por un enorme cachalote en el invierno de 1820. Su tripulación vagó por el Pacífico 91 días hasta que fueron rescatados, tripulación de la que tan solo sobrevivieron ocho.
Si en ‘Rush’ Ron Howard nos retrataba la rivalidad entre dos pilotos de Fórmula 1, aquí esa rivalidad es encarnada por capitán y primer oficial, presente en todo el film.
La fotografía y los efectos especiales son de lo mejor (hay una enorme y espléndida escena de tormenta que azota al navío y otra memorable de su destrucción). El reparto está más que correcto y cumple, aunque siento que se han desaprovechado el poder explorar más a interesantes personajes secundarios. Lo que sí me ha faltado y esperaba: más emoción y una larga y dura persecución con montones de arpones chocando contra el agua en la persecución del gran cachalote; y un capitán con pata de palo.
Sin duda alguna refleja la sensación mareante de estar en un barco, su mugre y suciedad, así como remarcar la importancia de la grasa de la ballena en la época, usada para los cirios de velas.
Denoto la incapacidad de transmitirme verdadero horror y auténtica desesperación (aunque sí produce angustia) en esta historia de supervivencia de 91 días a la deriva (en esta parte del film los actores llevaron a cabo una gran transformación física, consumieron para ello 500gramos de calorías al día) y tal vez cobardía en la ejecución de determinadas escenas duras, también le achaco que caiga en algunos clichés.
Lo que recoge y homenajea de la novela es su uso de tecnicismos náuticos y la capacidad de describirte con pelos y señales qué está pasando, respeta el espíritu de la obra de Melville, al que vemos en varias ocasiones tomando nota del testimonio de Thomas (Tom Holland). Aunque se trate del Essex y no del Pequod vemos plasmados muchos momentos de su novela, como el ‘por allí resopla’ y sobre todo la obsesión, uno de los símbolos de su obra. Por ejemplo, cuando la codicia por encontrar ballenas y extraerles su grasa los hace viajar millas donde nadie había ido y también reflejado en el capitán, cuando después de todo, sigue la búsqueda por el cachalote blanco como el capitán Ahab en la novela.
Es una buena y entretenida película de aventuras que pretende homenajear el cine clásico de este género, pero aprovechándose de todas las herramientas digitales y efectos visuales que tenemos en la actualidad.
Fue rodada en las islas canarias de La Gomera y Lanzarote que dotan de una fotografía sobresaliente al film, como mencioné antes, y no solo la fotografía tiene tintes españoles, también la música a cargo de Roque Baños, demostrando que está a la altura de los grandes compositores de Hollywood.
Y, por último, me queda comentar una curiosidad…En la película aparece un personaje llamado Cofee (Café) como guiño a la cena de bares de café Starbucks. Sí, sí, han leído bien. Y es que tiene su historia, en la novela de Melville el primer oficial del Pequod se llama Starbuck, que es uno de los principales personajes de la historia junto a Ismael y el enloquecido capitán Ahab. Los directivos de la compañía querían ponerle el nombre del barco ballenero porque eran fans del libro, pero les sugirieron que no era una buena idea para una cafetería, porque sonaba similar a ‘pee’ (Peqoud-‘pee’ es orina en inglés). Así pues, acabaron dándole el nombre del primer oficial.