Alba Blanco
1986. Ciudad de México. Carlos, de diecisiete años, no encaja en ninguna parte: ni en su familia ni con los amigos de la escuela. Pero todo cambia cuando lo invitan a un mítico club nocturno donde descubre la vida nocturna subterránea: elpostpunk, la libertad sexual y las drogas que desafían la relación con su mejor amigo Gera y le permiten encontrar su pasión por el arte.
La rueda de prensa comenzó justo después de la proyección. Su director, Hari Sama presentaba un look heavy y algo rockero (si se me permite decirlo), su protagonista, Xabiani Ponce de León, con el que tuvimos la suerte de charlar en la alfombra roja, tenía el rostro cansado, efecto del jet lag, como expreso a los periodistas sonriendo.
La película retrata un mundo casi underground de aquel momento de eclosión cultural que se dio en México, un tiempo después de que en España se hablará ya de la llamada ‘movida madrileña’. Escrito a partir de experiencias personales vividas en su juventud, Hari Sama explicó la necesidad que sentían esos nuevos jóvenes artistas: El asunto del título es porque nosotros en esa época mirábamos hacia Berlín y esos lugares como sitios muy lejanos para los artistas mexicanos. Todos queríamos estar en la movida. Había una necesidad de hablar en un lenguaje y una estética en la que México no era considerado en ese momento, confesó el director.
Reconoce que, a pesar de que se ha tachado a muchos de esos artistas del momento de querer copiar a los europeos, poco a poco México ha ido abriéndose camino y han encontrado una forma de hacerlo a su manera. Con referentes como Pedro Almodóvar, Sama nos comentó como todo tipo de personas con diferentes orientaciones sexuales y modos de vida iban a esos pubs y afters de esos años 80 en México.
Xabiani Ponce de León se muestra brillante. Su interpretación es tan magistral que traspasa la pantalla. Su historia está en parte basada en la propia vida del director: Yo crecí en un entorno muy conservador. Con una madre que estaba muy deprimida, muy ausente. Y conocer a esta gente tan loca, y la forma de encontrar un camino para escapar del dolor mediante el arte. Encontré ese tránsito en él, declaró Hari Sama en la rueda de prensa.
Durante el proceso de formación del protagonista, Xabiani contaba que investigó mucho acerca del marco histórico y que trabajó mucho con el otro protagonista (José Antonio Toledano) para afianzar la amistad que se proyecta en pantalla.
Daniel Villar participa en esta producción con México y comenta la improvisación de la que gozaron los actores durante el rodaje: Éramos un grupo muy variado de artistas. El director quería que tuviéramos posturas radicales dentro de la película. Muchas escenas surgieron de improvisaciones. Improvisábamos. Mi referencia es la movida madrileña, yo no viví esa época mexicana, contó el actor español.
El trazo de sus personajes, en concreto el arco de transformación de su protagonista, el ritmo de la narración y su ambiente seductor y llamativo, hacen de Esto no es Berlín toda una obra maestra contextual en la que, una vez más, los mexicanos demuestran que saben de hacer cine. Y mucho.