Alba Blanco
Una película que no pueden perderse todos aquellos fans de “Los niños del coro”
4/5 Cofres
Durante la II Guerra Mundial, los chicos de dos pueblos franceses colindantes, Longerverne y Velran, andan con su contienda particular como soldados. En una de tantas batallas entre ambas facciones, Lebrac, uno de los traviesos líderes del pueblo de Longeverne, se le ocurre hacer una especie de juego que pueda decidir el triunfo final de la guerra: arrancar los botones de los abrigos de los “prisioneros” como trofeo y el pueblo que contabilice mayor número de botones, vence.
Divertida, entrañable y tierna, “La guerra de los botones” trata, desde una perspectiva algo cómica y burlesca, la situación social en muchas zonas rurales francesas durante la Segunda Guerra Mundial, y las relaciones entabladas entre miembros nazis y de la resistencia.
La metáfora entre la guerra real y la guerra de los botones emprendida por los niños hace que al final de la película, la guerra aparezca por definición tal y como realmente es: “un conflicto absurdo, que no merece la pena y que solo provoca daños e injusticias”.