Alba Blanco
La película del surcoreano Bong Joon-Ho, Parásitos, triunfa en Hollywood con una película sobre clasismo repleta de mucho humor negro
Llegué a la oficina de la calle Princesa (Madrid) en torno a las 23h00 de la noche del domingo. A la 01h00 de la madrugada comenzaban los premios en directo. Tony (presentador), Paula (producción), y los colaboradores (Natalia y Alejandro) ya estaban listos para dar comienzo a una noche larga de premios, que terminó por hacerse histórica con el arrollador éxito de la surcoreana Parásitos.
Esta película logró alzarse con cuatro premios: Óscar a Mejor Guion Original, al de Mejor Dirección, a Mejor Película Internacional (o de habla no inglesa) y, la gran sorpresa, a Mejor Película. El público del Dolby Theather (incluido Scorsese, el gran olvidado de la noche) se levantó de sus asientos para aplaudir a Bong Joon – Ho por una película que ha marcado un antes y un después en los premios Óscar.
El público del Dolby Theather se levantó de sus asientos para aplaudir a Boon Joon – Ho por una película que ha marcado un antes y un después en los premios Óscar
A pesar de las predicciones que auguraban que 1917 sería de las grandes triunfadoras de la noche, los premios estuvieron muy repartidos. Sam Mendes no logró alzarse con el premio a Mejor Dirección, pero si se llevó el Óscar a Mejor Fotografía, Mejor Sonido y Mejores Efectos Visuales. No corrieron la misma suerte películas como Érase una vez… en Hollywod. Esa gran oda de amor al cine que Tarantino le dedica a la ciudad de las estrellas. Tan solo se llevó dos Óscar, uno a Mejor Producción y el de Mejor Actor de Reparto, como bien se predecía, para Brad Pitt.
Algo similar sucedió con el Joker, película nominada a 11 premios, que al igual que la de Tarantino, quedó algo olvidada. Eso sí, Joaquin Phoenix se llevó el Óscar a casa y nos regaló uno de los discursos más reivindicativos y potentes de la noche (hubo ausencia de estos, todo hay que decirlo) en el que hizo referencias a temas como el feminismo, el ecologismo, el colectivo LGTBI y el medio ambiente.
Gran sorpresa nos llevamos también cuando la apuesta española de animación, Klaus, el filme de Sergio Pablos, no se alzó con la estatuilla, llevándosela finalmente Toy Story 4. A pesar de no haber disfrutado de un nuevo “Peeeedro”, la representación española de manos de Dolor y Gloria estuvo presente en la alfombra roja y durante la ceremonia, en la cual se rememoró la carrera de Pedro Almodóvar.
La presencia de mujeres resaltó por su ausencia
Algo que sin duda también se echó en falta fue la presencia femenina en los premios. La película de Greta Gerwig, Mujercitas, solo ganó el Óscar a Mejor diseño de Vestuario. Fue una gala repleta de musicales y de actuaciones. Representaciones como la de la española Gisela u otras como las del rapero Eminem o la de la icónica Billie Eillish salpicaron una noche que se caracterizó por la ausencia de discursos reivindicativos.
Otras películas como Le Mans 66 resaltaron, a pesar de sus escasas nominaciones, llevándose dos premios de la academia, uno a Mejor Montaje y otro a Mejor Edición de Sonido, en una película de estilo clásico donde vemos a un Matt Damon y a un Christian Bale maravillosos.
“Creía que ya estaba por hoy, y que me iba a poder relajar. Muchas gracias. Cuando era joven, y estudiaba cine, me quedó grabada en el corazón una frase que dice: ‘lo más personal es lo más creativo’. Esa frase es del gran Martin Scorsesse.”
Boon Joon-Ho, director de Parásitos
Fue una noche apoteósica. Y también esperable en la recogida de muchos premios. Renée Zelwegger se llevó a casa el Óscar por su papel en Judy, donde da vida a la diva del cine clásico, Judy Garland. Laura Dern por su parte, se alzó con la estatuilla por su papel de abogada sin escrúpulos en Historia de un matrimonio (película que no se llevó ningún premio más). Algo que también sucedió con la satírica película sobre nazis de Taika Waititi, Jojo Rabbit, que obtuvo el Óscar a Mejor Guion Adaptado.
Premios repartidos
Sin duda, fue una noche muy repartida, repleta de grandes películas en la que el listón estaba verdaderamente alto. Una noche en la que Corea del Sur con Parásitos triunfó frente al gran gigante americano, en el que Netflix estuvo más presente que nunca (aunque no logró llevarse demasiado) y en el que la internacionalización se abre paso a un Hollywood que parece querer alejarse cada vez más de cánones clásicos.
En una noche en la que todo puede pasar y en la que la suerte corre a favor del cine, mejor estar preparados. Ya saben, por lo que pueda pasar. Nosotros en El Cofre Suena aún seguimos recuperándonos de esta gran resaca apocalíptica, que sin duda, ya forma parte de la historia del cine.