Las dos primeras películas de la saga de Rec deberían estar más valoradas. Una forma innovadora de crear cine de terror con la cámara en mano, aunque podamos entrar en polémicas.
Marcos Gracia
Paco Plaza y Jaume Balagueró dirigieron las entregas de la saga Rec. El primero volvería en el año 2017 con otro film de terror, Verónica, y el pasado año con el film Quien a hierro mata. Un increíble metraje protagonizado por Luis Tosar que nos ha hecho recordar aquella saga que daría comienzo en 2008. Aquella que marcaría un punto de inflexión en la forma de hacer cine, sobre todo de terror, en nuestro país. Nos estamos refiriendo a Rec, una de las películas españolas del género más conocidas.
Para aquellos seguidores que no hayan visto ninguna película de la saga, os hago una pequeña sinopsis del primer film:
Ángela Vidal es una reportera encargada del programa Mientras usted duerme. En una noche cubriendo la rutina de un parque de bomberos, acuden a un edifico de Madrid. Sin embargo, la situación dará un giro inesperado cuando se descubra que les han dejado en cuarentena dentro. El edificio será cerrado y ellos deberán sobrevivir a las diversas circunstancias que se avecinen por causa de un extraño virus.
Sin embargo, lo que cautivará la audiencia no será la historia ni las interpretaciones de los actores, sino la forma de hacer estas películas. Es cierto que hay que resaltar la interpretación de Manuela Velasco puesto que, aun sabiendo el desenlace de la película, clava su personaje. Sin embargo, la magia de estas dos primeras películas se debe a que son grabadas con la cámara en la mano sin el uso del steady cam.
A lo largo de ambas películas vemos que, en lugar de usar cámaras fijas, raíles o steadycam, juegan con la perspectiva y hacen conocer al espectador que están viendo lo sucedido a través de una cámara de vídeo. Notamos el movimiento del cámara, la angustia que sufre y los diversos problemas de la cámara a lo largo de la película. Van cambiando de la cámara a la del móvil, crean un juego de imágenes cuando los dispositivos están grabando. Juegan con el espectador creando la sensación de que realmente ha sido grabado por otra persona similar a ti.
Es por ello que, en realidad, las películas que han sido relevantes en esta saga son las dos primeras entregas. En Rec 3 observamos que únicamente usan este método en los primeros minutos del metraje. Después acuden al método habitual del cine. Con la entrega de la última película: Rec 4 observamos que directamente ignoran aquella técnica que utilizaron al principio dejando desamparada esa parte creativa que hacía especial la saga.
El dilema
A su vez, podemos entrar en un gran dilema. ¿Creen que la forma de desarrollar las películas, en cuanto al origen de estos ¨zombies¨, es la mejor? En el primer film dan a entender que es un problema vírico. Pero cuando va sucediendo la película, te van introduciendo un aspecto religioso mostrando recortes de periódicos sobre una posesión. Será en la segunda película, Rec 2, donde se aclare todo. El virus proviene de una niña poseída con la que hicieron experimentos. Es en este momento en el que se abre el debate.
Este tipo de ¨zombies¨ que provienen de un ámbito religioso, nos pueden recordar a los de Legión. Consideramos que no está mal llevada la trama pero, por el contrario, podríamos pensar que es una plaga vírica como la de Resident Evil. Películas que basa el terror de los muertos vivientes en aspectos científicos. Ya sean aspectos como en Resident Evil, donde se explica que ha salido el virus de un laboratorio; Zombieland, donde se presupone que el virus comienza cuando un hombre consume una hamburguesa contaminada; o Guerra Mundial Z, que empieza con una suma de informativos sobre vacunas e investigaciones científicas sobre la muerte de animales marítimos y contaminación, aunque queda claro cuando demuestran que los muertos vivientes solamente atacan a huéspedes sanos que permitan la supervivencia del virus.
Por tanto, podríamos valorar en mayor medida las dos primeras entregas, Rec y Rec 2, en función de cómo están llevadas a cabo. Sin embargo, si nos basamos en cuestiones aún más subjetivas con respecto al origen de esa epidemia, podríamos considerar que la mejor película de la saga es la primera entrega.