Edgar Wright, director y guionista de cine, estrena en cines la nueva adaptación de la novela “El fugitivo” de Stephen King renombrándola como “The Running Man”.
En un futuro dominado por la televisión y el espectáculo, “The Running Man” arrasa en audiencia: un concurso brutal donde los participantes deben sobrevivir a una cacería televisada. Ben Richards (Glen Powell), un trabajador sin recursos, acepta entrar al programa para conseguir el dinero que necesita su hija enferma. Manipulado por el productor Dan Killian (Josh Brolin), pronto descubre que el juego está diseñado para que nadie salga vivo. Sin embargo, su carácter indomable lo convierte en el favorito del público y en una amenaza para quienes manejan el sistema. Ahora, mientras el país entero lo observa, Ben lucha no solo por sobrevivir, sino por romper el espectáculo que quiere verlo caer.
La película evoca de inmediato el espíritu de grandes éxitos distópicos como “Los juegos del hambre” o “Divergente”. Con un reparto de primer nivel, encabezado por Glen Powell y acompañado por Emilia Jones, Jayme Lawson, Josh Brolin, Daniel Ezra y Lee Pace, en el que destaca sobre todo por la contundente interpretación de sus actores. La banda sonora potencia cada secuencia, aportando ritmo y fuerza a una trama que busca mantener al espectador en tensión constante.
Aunque la película mantiene la atención del espectador en todo momento gracias a la evolución constante de la trama, el montaje provoca cierta desconexión en algunos pasajes, especialmente en una de las escenas finales. También incorpora un tono emotivo, impulsado por la determinación de Ben de hacer todo lo posible por salvar a su hija. A ello se suman impactantes secuencias de acción (persecuciones, choques y peleas) que resultan difíciles de apartar la mirada, aunque en ocasiones pueden resultar algo explícitas.
La película invita a reflexionar sobre la veracidad de aquello que consumimos en televisión y sobre el enorme poder que tienen los medios para moldear la percepción pública. A través de su premisa distópica, plantea cómo la manipulación informativa puede normalizar la violencia, distorsionar los hechos y convertir el espectáculo en una herramienta de control. El film nos recuerda que, en una era dominada por la inmediatez y el sensacionalismo, cuestionar lo que vemos no es solo recomendable, sino necesario.
“The Running Man” llegará a los cines de España el próximo 21 de noviembre.