Hablamos con una de las jóvenes enfermeras que han batallado contra la Covid-19 sobre cómo vivió esos complicados días
Alba Blanco
Patricia tiene solo 21 años. Pero ya puede decir que ha combatido en cuerpo y alma contra una pandemia mundial. La del coronavirus. Apenas está terminando el cuarto curso de la carrera universitaria de enfermería, pero ya ha experimentado su profesión más de lo que muchos podrían hacerlo en tan solo unos meses. Según reconoció en una entrevista a ElCofreSuena, ha aprobado todas las asignaturas y le quedan pocos días para obtener su título universitario. Desde el primer momento que empezó sus estudios, Patricia comenzó a hacer prácticas en varios centros.
“En primero de carrera ya hacíamos prácticas”, comenta. Primero en un centro psiquiátrico, donde reconoció haberse enamorado aún más de su profesión. “En los demás cursos he hecho diferentes prácticas en varios hospitales públicos de Madrid. En distintas especialidades. Mi trabajo consiste en cuidar”, añade. Ella es una de esas jóvenes enfermeras que, recién salidas del cascarón, han formado parte del batallón sanitario en contra de la Covid-19. Esta es su historia particular sobre cómo vivió aquellos días.
P: ¿Recuerdas la primera vez que escuchaste hablar de la Covid-19?
R: Fue en la TV y en la universidad. Estábamos haciendo nuestra segunda rotación de prácticas del curso y a muchos de nosotros nos empezaron a mandar a casa por falta de recursos y protecciones.
P: ¿Qué pensaste?
R: En un principio pensé que era una simple gripe. Que manteniendo cierta distancia e higiene de manos, el contagio no sería masivo. Todos los años mueren miles de personas por la gripe y por otras patologías. En especial ancianos y niños, que son más vulnerables. Pero no era solo una gripe. Su alto contagio y el rápido avance de los síntomas, así como la falta de conocimiento de la enfermedad, producía una falta de control tremenda por parte de la sanidad.
P: ¿Cuándo comenzaste a trabajar?
R: El Ministerio de Sanidad hizo un llamamiento a los alumnos de cuarto curso por necesidad de personal, ya que cada vez aumentaban más los casos y también eran más los sanitarios que se contagiaban. En un principio pensé en no ofrecerme como voluntaria. Tengo a personas de riesgo en mi casa, me daba miedo exponerles a un contagio. Pero mi vocación no me permitió quedarme en casa.
P: ¿Cuál ha sido el momento más duro de tu etapa en el hospital hasta el momento?
R: El sentimiento de impotencia de no poder hacer más. Teníamos pacientes que estaban estabilizados y de repente se complicaban. Avanzaban los síntomas y acababan siendo trasladados a la UCI. La UCI de mi hospital, al igual que el resto de unidades de críticos, han estado llenas, e incluso se han habilitado camas de más. Aún con estos recursos no había espacio físico para hospitalizar a tantas personas. El procedimiento a seguir con cada uno dependía de quién iba a tener una esperanza de vida mayor y una buena respuesta a los tratamientos.
P: ¿Cómo habéis vivido la falta de recursos del principio?
R: La falta de recursos adecuados de protección, no nos permitía poder entrar las veces que necesitáramos, y reservábamos el material para las rondas de tratamientos a lo largo del turno. Muchos días ocurría una urgencia y entrábamos sin protección, exponiéndonos totalmente al virus. Por no decir que reutilizábamos mascarillas y batas.
P: ¿Recuerdas algún momento en el que quisieras dejarlo todo?
R: Una noche teníamos varias camas vacías porque había habido altas durante el día y fallecimientos. A las 3 de la mañana empezaron a subir acompañados por celadores, pacientes andando por sí solos, no en sillas de ruedas o en cama. Porque no quedaban más disponibles. Vestidos con ropa de la calle, sin bombonas de oxígeno. Fue la primera semana que trabajé y me coincidió con el pico de contagios. Era una verdadera guerra.
P: ¿Cuál era vuestro lema para no decaer de ánimos?
R: Las compañeras imprimieron fotos que nos habíamos sacado a lo largo de los días, y dibujaron la frase “resistiremos” con letras grandes en la pared principal.
P: ¿Qué has aprendido en positivo de todo esto?
R: Que el compañerismo y el trabajo en equipo es la mejor elección para combatir situaciones como esta. Todas éramos nuevas en la situación, y por tanto, nos ayudábamos entre nosotras. No solo a la hora de trabajar, también en los descansos, apoyándonos.
P: ¿Cómo auguras estos meses de verano, con el comienzo de la “nueva normalidad?
R: Por una parte creo que es necesario aprender de lo que hemos vivido y empezar a normalizar la situación. Mentalmente la gente necesita dejar de tener miedo y comenzar su vida normal de nuevo. Pero por otra parte, me da miedo que se olvide lo que ha ocurrido. Es necesario que sigamos viviendo con precauciones y con distancia social.
P: ¿Crees que la vacuna va a llegar tan pronto como preveen algunos científicos?
R: Creo que la vacuna es algo que despierta gran esperanza en la gente. Pero cuando se consiga probar su efectividad, ¿qué criterios tendrán en cuenta para vacunar? Hay que vacunar a toda la población, hay personas de riesgo, mayores de 65, profesionales sanitarios. ¿Cómo se hará? ¿Solo en los países desarrollados? Y otra pregunta muy importante, ¿la vacuna significará inmunidad?
P: ¿Se sabe realmente algo certero sobre la Covid-19? ¿O continúa siendo una enfermedad completamente desconocida?
R: En un inicio, el tratamiento fue completamente experimental. Se proponían las diferentes líneas que se seguían para tratar la enfermedad y eran aceptadas por el paciente. Pero a medida que ha ido avanzando el tiempo, el tratamiento ha ido cambiando, según se han probado determinados fármacos y cuidados que eran efectivos.
P: ¿Qué le dirías a todos aquellos jóvenes que no cumplen las normas? ¿Y a aquellos otros que tienen miedo de contagiarse?
R: Que esto no ha acabado, pero que tampoco se puede vivir con miedo. Manteniendo la distancia social y las medidas de higiene se puede prevenir en su mayoría el contagio. Creo que es muy importante la educación sanitaria. Explicarle a la gente cuáles son esas medidas y cómo se deben realizar adecuadamente.