Nellie Bly superó en tiempo al personaje creado por Julio Verne en “La vuelta al mundo en 80 días”.
Mireya Santiago Notario
La periodista Nellie Bly (1864-1922) tenía 25 años cuando logró dar la vuelta al mundo en solo 72 días. Siguió los pasos del personaje ficticio creado por Julio Verne, en su novela “La vuelta al mundo en 80 días”. Sin embargo, cuando se embarcó en este viaje, pocos confiaban en ella. El simple hecho de que fuera mujer, influyó en que le dieran pocos votos de confianza.
La trayectoria de Nellie Bly en el Periodismo empezó de forma peculiar. La joven escribió una carta al editor del periódico Pittsburgh Dispatch, por una columna que ella consideraba sexista y que se titulaba “Para qué sirven las mujeres”. El mismo editor le ofreció un puesto en periodo de prueba como redactora en el medio, nada más descubrir el talento que tenía.
Su verdadero nombre es Elizabeth Jane Cochran, y es conocida como unas de las primeras mujeres en el periodismo de investigación o, lo que un siglo después, denominarían como periodismo gonzo. Donde el propio periodista se integra en la narración para vivirlo en primera persona. Lo que la convierte en una de las pioneras en llevarlo a cabo.
Siempre se movió desde la curiosidad periodística, y esa inquietud la llevó a trabajar en México y posteriormente en Nueva York. Donde se hizo un hueco en el New York World, que estaba en manos de Joseph Pulitzer.
Fue en 1888/9 cuando propuso al medio su aventura de dar la vuelta al mundo en 80 días, siguiendo los pasos de Julio Verne. Sin embargo, el editor del periódico le contestó de manera tajante que ya tenía pensado un reportaje así, pero que sería un hombre el encargado de llevarlo a cabo. Una de las razones del medio era que una mujer no podía viajar sola. Además del mucho equipaje que llevaría consigo y que entorpecería el recorrido, al contrario que un hombre.
Nellie Bly sabía muy bien lo que se hacía, por lo que contestó: “Manda a un hombre y que salga ya. Yo partiré el mismo día, lo escribiré para otro diario y llegaré antes”. El director del periódico, Pulitzer, sabía que su redactora sería capaz. Por lo que accedió, por miedo a perder la primicia. La periodista salió de puerto el 14 de noviembre de 1889.
En su trayecto, Bly se desvió hasta Amiens (París) para hacer una visita al autor de “La vuelta al mundo en 80 días”. El cual, cuenta la periodista, le recibió de manera amable. Verne apostó por ella y dijo que si lo lograba en 79 días, la aplaudiría con las dos manos. Mientras tanto, el New York World anunciaba en sus páginas: “Nuestra intrépida reportera viaja sin la protección de un hombre”.
La periodista consiguió llegar a su destino en 72 días, 6 horas y 11 minutos. Batiendo no solo el récord de Julio Verne, sino también el de Elizabeth Bisland, reportera que el diario Cosmopolitan había enviado con el mismo objetivo.
Durante el viaje, tuvo que aguantar a los hombres que acudían a ella con tono paternalista. Eso tampoco le impidió adentrarse en cada uno de los sitios que le llamaban la atención como en Cantón (China), donde pidió acercarse a la plaza de las ejecuciones par detallar después todo lo que allí sucedía. Sin embargo, Bly nunca llegó a cuestionarse temas como el colonialismo o la discriminación a minorías étnicas. Uno de sus comentarios más racistas, los cuales no se pueden analizar sin el contexto de la época, fue al lamentarse por unas “horas preciosas sólo porque unos negros habían sido demasiado lentos”.
De todo esto, surge el libro “La vuelta al mundo en 72 días”, donde la periodista recoge todas sus experiencias a lo largo del viaje.