El clásico de Sabina 19 días y 500 noches es una canción que todos conocemos, sin embargo, solo desde la perspectiva del cantante. ¿Cómo es desde la de María?
Sara Pardo
Al escuchar una canción empatizamos con el artista, reconocemos sus emociones y las asociamos a nuestros sentimientos. De tal manera que si la canción habla de una ruptura, por ejemplo 19 días y 500 noches, nos ponemos de parte del cantante porque esa es la única verdad que conocemos. El problema es tomar parte sin saber la otra versión, la otra perspectiva.
Ahora, con este planteamiento sobre la mesa, imagina cómo se sentirá la otra persona cuando una canción se convierte en un hit y queda no en muy buena posición. Piensa en cómo un éxito puede ser visto desde otro punto de vista en un tributo al cantante. Cómo una única posibilidad despliega sus alas y crea la mirada del que ha estado callado todo el tiempo. Esto sucedió con 19 días y 500 noches del celebre cantautor Joaquín Sabina.
El escritor Benjamín Prado y la cantante Travis Birds trabajaron juntos para recomponer la letra del clásico de Sabina, pero desde la voz de María. La pobre mujer que tuvo que soportar el suplicio de que la canción más famosa del artista estuviese dedicada a ella, y no de una manera bonita, sino culpándola de romper el corazón a Sabina. Benjamín y Travis como homenaje cogieron la canción y la dieron una vuelta, de esta forma nacería 19 días y 500 noches después.
La canción comienza con Benjamín recitando unos versos haciendo alusión a las versiones que tiene una misma historia:
“[…] Todo lo que se vuelve a contar ya es otra historia
Todo lo que se rompe, inventa su enemigo
Y la misma canción, al cambiar de persona
No dice lo de siempre cuando dice lo mismo […]”
Fragmento de 19 días y 500 noches después de Benjamín Prado y Travis Birds.
Después de esta introducción comienza a sonar la fantástica voz de Travis que canta los dos primeros versos que la original, para continuar narrando cómo vivió María la historia, cómo Sabina desapareció y esperaba que al volver ella le recibiese con los brazos abiertos y cómo fue ella la dejada. Se vuelve a repetir la idea de la única verdad, de que contó en la canción “la historia a su modo”. Al final del estribillo se recalca que para María “sus famosos 19 días y 500 noches se me hicieron largos”.