Amaia lanza su segundo álbum ‘Cuando No Sé Quién Soy’, un viaje emocional que desgarra y cura a partes iguales
La evolución de Amaia en todos los sentidos de la palabra es claro, pero, en el ámbito musical va mucho más allá. Con su primer disco Amaia nos trasladaba por ese bello viaje del enamoramiento, a esas melodías que te llegan y te alegran el día. Con este segundo álbum la artista decide trasladarnos a la melancolía, el desamor y al subidón de querer salir adelante a pesar de todo. También nos muestra esa sensación de sentirte perdido, de no saber quién eres y de intentar conocerte un poquito más.
La apertura del disco nos da la bienvenida (nunca mejor dicho) a las inseguridades y pensamientos de la artista. En Bienvenidos al show nos encontramos frases tan crudas como “quiero ser lo que se espera de mí y seguir siendo yo a la vez”. Amaia en esta canción nos adelanta la profundidad de los temas que nos vamos a encontrar en el resto de canciones del disco. A su vez, nos transmite esa sensación de tener que fingir ser otra persona ante los demás, e incluso ella, ante la vida mediática y las redes sociales.
Un disco plagado de canciones que tocan el alma
Amaia nos sigue transportando a otra época gracias a ese sonido pop tan setentero. Sin embargo, en esta ocasión la artista ha decidido apostar más a la hora de innovar musicalmente. Con Alizz en la producción y los sintetizadores como aliados principales, el disco no puede ser más innovador y, a su vez, excelente. De hecho, una de las canciones que más destaca por su producción es sin duda La Persona. Es el combo perfecto entre música instrumental, vocal, letra e interpretación. Por otro lado, también destaca el homenaje de Romero al grupo Los Planetas con su versión de Santos Que Yo Te Pinte.
Como broche final del disco, que es un completo viaje al mundo interno del oyente, tenemos Yamaguchi. Con esta canción Amaia hace otros dos homenajes: uno a su tierra y otro a su niñez. Esta canción finaliza ese viaje por el que la pamplonica nos ha ido guiando, el duelo interno por conocernos y aprender, a pesar de la adversidad, a descubrir quiénes somos. Un emotivo paseo narrado a lo largo de diez canciones que es imposible dejar de escuchar. Madurez, emoción y vida, eso es Cuando No Sé Quién Soy.