Crítica de 1917: Sam Mendes y su cámara invisible
Sam Mendes logra hacer olvidar al espectador que está en el cine y le introduce de lleno en el horror de la guerra Alba Blanco Barro, angustia, un miedo feroz, el silencio sobrecogedor que espera a la víctima, segundos contados. Algo así debe sentirse en una trinchera bélica, en plena batalla. Sin embargo, cuando se trata de sentir, resulta innegable pensar que no siente igual aquel que padece en primera persona que aquel al que le es contado. No obstante, lo que logra Sam Mendes en 1917 supera cualquier barrera entre lo vivido y lo mirado, entre la historia real