Dos dibujantes perturbadores para Halloween

En vísperas de Halloween presentamos a Kubin y Bellmer, dos artistas del siglo XX aficionados al misterio y el terror e idóneos para estas fechas

Pavlo Verde Ortega

Se acerca Halloween, la noche del terror. Tras tantos años celebrando esta festividad ya sabemos cómo disfrazarnos, qué comida tomar o qué películas ver. Lo que no tenemos tan claro son los ilustradores que mejor representan esta noche de pesadillas. Por eso en este artículo hablaré de Alfred Kubin y Hans Bellmer, dos dibujantes del siglo pasado cuyas obras son de todo menos pacíficas y serenas. Aunque no tienen ninguna relación directa con Halloween, lo cierto es que sus grabados y dibujos acompañan bien esta celebración.

Alfred Kubin: la pesadilla hecha dibujo

Alkfred Kubin nació en 1877 y murió en 1959. Su vida fue en sí misma halloweenesca. Con diez años murió su madre y quedó a cargo de un padre maltratador. De pequeño se enamoró del cadáver de una niña y empezó a cuidar su tumba desde entonces. Se recluyó en un castillo gran parte de su vida. Allí adoptó a un mono como mascota, que al crecer se volvió agresivo, por lo que tuvo que matarlo en defensa propia. Y para colmo sufría visiones. Con esta biografía es lógico que su obra fuera la que fue. Tal es así que los nazis la incluyeron en su listado de “arte degenerado” (entartete Kunst), lo cual a nosotros nos sirve como garantía de que es buena.

Sus dibujos, en su mayoría ilustraciones para libros, representan sueños, casi pesadillas. En todos ellos trata de mostrar el inconsciente mediante figuras grotescas y tonos oscuros (casi siempre en blanco y negro). Abundan las sobras, los demonios, las insinuaciones eróticas y las criaturas fantásticas, así como los símbolos cargados de significados e interpretaciones distintas. Dibujaba normalmente con tinta china y se inspiraba en los autores más oníricos de la literatura (Poe, Hoffmann). Recibió influencia de artistas como Goya, Klinger, Munch, Rops, Ensor, Redon… y él posteriormente influyó en todo el surrealismo y el expresionismo. Esta frase suya define bien su personalidad artística: “Me considero también uno de los excéntricos que cree que no solo se sueña mientras se duerme, sino de forma continuada”.

Hans Bellmer: ¿esto es un cuerpo?

Uno de aquellos surrealistas a los que inspiró fue al pintor y dibujante alemán Hans Bellmer (1902-1975). Compartía con Kubin el temor al padre y el amor por la literatura, en especial por Hoffmann. Todo ello marcaría su obra, que tiene como temática principal el erotismo. Se trata, no obstante, de un erotismo terrible, misterioso, en el que los cuerpos se deconstruyen y reconstruyen más allá de la lógica. De esta forma consigue, según José Jiménez: “Dar cuerpo a la  imagen” (La imagen surrealista, pg. 60). Pero no a una imagen armónica, conceptual o consciente, sino a las “imágenes interiores sensibles” (Ibíd. pg. 70), aquellas que guarda el inconsciente (tema que común a Kubin y a él).

Este querer ver más allá de la imagen a través del cuerpo descompuesto y combinado es parte de su deseo de desvelar el misterio, a donde solo puede llegar desnaturalizando, volviendo inverosímil lo cotidiano. Pero el cuerpo no es solamente el trampolín para alcanzar significados ocultos. También es una promesa de vida frente a la amenaza constante de la muerte. La corporalidad recalcitrante de su obra es una forma de afirmar la existencia, aunque no sea a través de medios racionales, sino mediante la alegría del absurdo.

Cuerpo, su antónimo muerte y el misterio que los rodea a ambos son los tres temas principales de la obra de Bellmer. A pesar de la influencia directa de Kubin y de las muchas cosas que los dos comparten como artistas lo cierto es que sus dibujos son muy diferentes los unos de los otros. Ahora bien, comparten sin duda ese gusto por el misterio e incluso el terror que los hace idóneos para dar una nota artística a la noche de Halloween.

Para más info sobre Kubin véase este vídeo.