Una copia de una obra de Murillo se pierde en una desastrosa restauración convirtiéndose en otro ‘Ecce Homo’
Sara Pardo
Las Inmaculadas son las obras más conocidas de Bartolomé Esteban Murillo. La Inmaculada de El Escorial del pintor barroco se conserva en el Museo Nacional del Prado y fue creada entre 1660 y 1665. Como muchas pinturas ha sido copiada y vendida a particulares. A partir de este momento, lo que le suceda a la obra queda a cargo del propietario, y a veces suceden grandes desgracias como el caso del ya conocido ‘Ecce Homo’.
El desastre de restauración sucedió en Valencia. El particular decidió limpiar la obra que aún siendo una copia cuenta con un gran valor histórico. Por ello, llevó la pintura junto otros enseres en mal estado a un “restaurador” que por un precio de 1200 euros transformó la cara angelical y joven de la Inmaculada en un rostro muy alejado de la realidad. El propietario de la obra quedó estupefacto del horror y la persona que había hecho la limpieza prometió que lo arreglaría, pero la segunda vez tampoco tuvo éxito.
La ACRE advierte que sin ayudas y una legislación se perderá mucho patrimonio artístico
La Asociación de Conservadores y Restauradores de España (ACRE) ha escrito un comunicado de prensa donde se exponen las pocas ayudas y la falta de regulación del patrimonio artístico en España. La profesión de estos conservadores y restauradores es infravalorada, como muchos trabajos artísticos, razón por la cual suceden estas barbaridades. Dejar una obra de arte a alguien sin experiencia ni formación provoca desgracias como el Ecce Homo de Borja o esta copia de Murillo. Avisan además, que dejar en manos no profesionales las obras supone que la labor de restauración posterior sea muy difícil o imposible de realizar.
La ACRE pide que la obra no sea motivo de diversión como ya fue el Ecce Homo. Espero que este ejemplo recaiga en la conciencia de todo el mundo para que la próxima vez decidan llevar las obras a especialistas. El patrimonio cultural de nuestro país es un legado para el futuro, que menos que conservarlo lo mejor que podamos.