La nueva propuesta de Daniel Guzmán, Canallas, llega a los cines el próximo 1 de abril
En 2003 Daniel Guzmán se estrenaba como director ganando el Goya al mejor cortometraje de ficción por Sueños. Más de una década después debutaba como director en un largometraje y lograba el éxito ganando el Goya a dirección novel y la Biznaga de Oro en el Festival de Málaga en 2015 donde presentó A cambio de nada. Nuevamente hemos tenido que esperar varios años para poder ver a Daniel estrenando como director, presentando una vez más en la sección oficial del Festival de Málaga su película, en esta ocasión Canallas.
El director y guionista ha optado, al igual que es su opera prima, por contar su historia con actores no profesionales para darle más realismo al relato, en esta ocasión llevando esto aún más lejos que en su anterior cinta. El protagonista de la historia comparte nombre con su actor, Joaquín González, un amigo de la infancia de Daniel. No solo comparte nombre con el personaje, sino que el personaje está basado en el verdadero Joaquín, siendo una exageración de él mismo.
Además, tanto su madre, como hija y hermano en la cinta, son su familia en la vida real, hecho que se nota en la realidad que existe entre las interacciones de estos personajes. Los personajes no son los único basado en hechos reales, sino también ciertas situaciones que ocurren en la película, algunas siendo tal cual pasan en la película, como el inicio de esta, pero en palabras del propio director, solo sabremos cuales son verdad y cuales no una vez estén prescritas legalmente. Junto a estos actores no profesionales, tenemos al propio Daniel Guzmán y a Luis Tosar, quien vuelve a ponerse bajo la dirección de Daniel.
Si en A cambio de nada teníamos a su propia abuela en el reparto ganándose una nominación en los Goya a actriz revelación, aquí tenemos a otros dos ancianos no profesionales debutando en la actuación. La influencia de Antonia Guzmán en la vida de Daniel es más que obvia y en su trabajo como director y guionista podemos verlo, pues no se puede entender su cine sin la figura de la abuela.
Durante lo que dura la cinta podemos sentir a Esther como la abuela de España y a Jacinto como un anciano del que todos queremos ser amigos. También se refleja el cariño que Daniel transmite a todo el equipo y la gran familia que han sido trasladándose eso a la autenticidad de la cinta. Mención especial a la conexión de Daniel con sus actores al detalle de contar con Miguel Herrán para hacer del propio Daniel de joven.
Crítica social en bandeja dentro de ‘Canallas’
La crítica social no falta en esta película, quizá demasiado puesta en bandeja para el espectador quedando algo forzada en algunos diálogos, pero la cinta en principalmente una comedia hecha para el público, para que este se ría y divierta en la sala. Y vaya si consigue su objetivo, cada escena convierte la historia en una más surrealista aún y la enreda aún más, y en todas y cada una de estas escenas hay mínimo un chiste, logrando casi siempre las risas que busca (pocas veces he visto en una sala tantas risas entre el público).
Pero no está exenta de problemas, pues hacer chistes de gordas incidiendo una y otra vez en esto no es ni lo mejor ni lo más acertado, debería estar ya superado en 2022. Pese a detalles como este, consigue reflejar a la perfección el humor español, dándole un toque y enfoque diferente y de calidad por encima de la mayoría de ‘’comedias del año’’ que se estrenan en España.
Que el principal objetivo de la película sea hacer reír no hace que esta no sea una película muy trabajada y hecha con cariño, podemos ver esto en el soundtrack tan bien elegido, Julio Iglesias el rey de los truhanes vuelve a aparecer en el cine de Daniel Guzmán, un cine sobre canallas que aspiran a ser truhanes triunfadores.
Muy a destacar el trabajo de vestuario, consiguiendo la vestimenta perfecta para cada uno de los personajes, sobre todo de los tres principales. Ir siempre en camisa para aparentar en Joaquín, Brujo siempre informal porque nada le importa realmente y Luismi en ese intento de vestir formal fracasando estrepitosamente con polos mal llevados y mal combinados. Este trabajo de vestuario pone la guinda para que podamos reconocer y relacionar con personas reales (todos conocemos a alguien así) a los tres protagonistas.
Canallas no es una película sin fallos, pero sí los tapa muy bien con su guion bien construido y sus actuaciones tan auténticas, consiguiendo su objetivo, hacer reír a carcajadas al público, dejando con ganas de más.