‘Modi, Three Days on the Wing of Madness’: Sección oficial del SSIFF’72

‘Modi, Three Days on the Wing of Madness’, el segundo largometraje del consagrado actor Johnny Depp, compitió en la Sección Oficial

Modi, Three Days on the Wing of Madness‘ disfrutaba de su propio pase en la mismísima Sección Oficial de la 72ª Edición del Festival de San Sebastián. Sin embargo, lo hacía ya fuera de concurso, por lo que Johnny Depp como director pudo disfrutar de la ciudad vasca sin presiones ni tensiones. Inspirada en la vida del artista italiano Amedeo Modigliani es un viaje a las profundidades bohemias.

'Modi, Three Days on the Wing of Madness'
Fotograma de ‘Modi, Three Days on the Wing of Madness’. Foto: RED SEA International Film Festival

El largometraje sigue la caótica vida del pintor Amedeo Modigliani (conocido por sus amigos como Modi), un artista inadaptado a sus tiempos. Durante tres días le seguimos muy de cerca: le acompañamos a emborracharse a costa de personas, tratar de vender su pintorescos cuadros en parques poblados por burgueses, enamorarse sin límites o huir repetidamente de las autoridades. A pesar de su posterior éxito, seguimos por un París de 1916 unos días de duda y crisis.

Segundo largometraje del actor Johnny Depp. Ya le habíamos visto dirigir algunos videoclips, por lo que esta faceta suya no es nueva. También en 1997 se presentó al mundo en este puesto con ‘The brave’, un especie de western de dos horas. Destaca aquí su gran faceta de dirección de actores, o al menos eso lo encabeza Riccardo Scamarcio, quien en la gran pantalla llega a enfurecerte. Una capacidad para movilizar las cabezas de los espectadores.

No obstante, más allá de un brillante reparto (incluido Al Pacino), un París que nunca fue París y una historia curiosa, a mí pesar es una de las películas que menos me encajaron en un festival de esta categoría. Parecía más un film de la primera década de los 2000 que ver una tarde tonta en tu televisor que una de ver en sala. Tal vez Modi no era demasiado un personaje cinematográfico, o su adaptación ha escogido una parte sin esperanza. Y el cine sin esperanza no vale nada.

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