Sara Pardo: “El dolor es bonito si tienes las herramientas para hacerle frente”

Sara Pardo se define a sí misma como “periodista, coleccionista de tickets y lectora compulsiva”. La nostalgia también echa de menos es su primer libro. En él recoje el poemario de una ruptura, con sus correspondientes fases.

Como anuncia en su contraportada, el “poemario es el proceso de asimilación de un adiós y la bienvenida a un nuevo ego con miedos, sueños y la idiosincrasia de alguien que se está conociendo de nuevo”. Hay mucho de este trabajo en la autora y a continuación la conocemos un poco mejor.

Pregunta: El libro habla de sentimientos amargos y dulces aunque especialmente amargos. ¿Crees que tus lectores pueden identificarse con ellos?

Respuesta: He tenido muy buena recepción. La primera parte, en la que hablo del duelo es la que más siento que conecta con la gente, tal vez porque todos lo hemos sufrido alguna vez. Sin embargo, la segunda parte es mucho más personal y por ello igual es más difícil entablar una relación con el lector. Tal vez sea una mala elección, pero siempre he escrito lo que me sale y no lo que el lector espera encontrar.

P: ¿De dónde nace la necesidad de escribir este poemario?

R: El poemario en realidad no nace como necesidad, sino de casualidad. A partir de la propuesta de publicar de Talón de Aquiles cree el poemario. Es verdad que la escritura y la poesía me sirvieron para aceptar una realidad que en ese entonces se me planteaba. Me ayudó a tener las ideas más claras, a saber dejar atrás.

La poesía es el género por excelencia para desnudar los sentimientos y poder vivirlos.

P: ¿Por qué la poesía?

R: Siempre me ha gustado la narrativa, pero creo que la poesía es el género por excelencia para desnudar los sentimientos y poder vivirlos. Por eso siempre me he decantado por la poesía, es un animal vivo y voraz, si te gusta te comerá al completo y no podrás salir de ahí.

Foto: Laura Pinillos

P: ¿Cómo se encuentra una editorial?

R: Nunca busqué editorial, fue la propia empresa quien me encontró a mí a través de Alberto Guillén, el agente literario de Talón de Aquiles. Alberto contactó conmigo a través de una cuenta de Instagram donde subía poemas. Al principio pensaba que no me estaba ocurriendo eso, que me estaban timando, pero finalmente salió ‘La nostalgia también echa de menos’.

P: ¿Es la poesía un género leído por la generación Z?

R: Creo que tiene el mismo número de lectores que ha tenido siempre. Se suele poner la etiqueta de que los jóvenes no leen pero es una falacia, la realidad es que el número de lectores no ha descendido. La poesía tiene su público, aunque es mucho más reducido que la narrativa.

Me han influido mucho Elvira Sastre y Rupi Kaur, pero también Benjamín Prado o Elena Codes.

P: ¿En qué referencias literarias te inspiras a la hora de escribir?

R: Hablando con mi antigua profesora de lengua Ángeles Bengoechea justo antes de publicar el poemario le dije que me sentía una intrusa porque no creo que tenga un estilo definido sino que he emulado a diferentes poetas para crear mi estilo. Ella me dijo que la escritura es así, copias a quién admiras hasta que creas tu propia forma de escribir. A mí me han influido mucho Elvira Sastre y Rupi Kaur, pero también Benjamín Prado o Elena Codes.

P: ¿Cuál crees que es el papel de la poesía en la sociedad?

R: La poesía no gusta a todo el mundo, lo entiendo. Es un género que necesitas mucha concentración, sensibilidad y empatía para conectar con el autor. Es difícil emocionar en apenas unos versos, pero es un reto tanto para el autor como para el lector. Creo que resalta la humanidad, pero también lo hace el resto de géneros literarios.

El poemario ya está a la venta.

P: Te defines a ti misma como una lectora empedernida. ¿Podrías recomendarnos 3 libros favoritos?

R: Nunca puedo elegir, me parece dificilísimo. Sin embargo, elegiría en poesía ‘La soledad de un cuerpo acostumbrado a la herida’ de Elvira Sastre, en narrativa ‘La nieta del Señor Linh’ de Philippe Claudel y un libro de microrrelatos, ‘La gente no existe’ de Laura Ferrero.

P: Crear belleza a través del dolor siempre ha sido una de las aspiraciones de los artistas. En tu libro este camino está empañado de un gran espíritu de resiliencia.

R: El dolor es parte de las personas. Tenemos y debemos aprender de él. En mi caso me he sumergido en el sufrimiento para sacar todos los sentimientos, pero cuando sales de esa emoción debes saber cómo cicatrizarla para que no se vuelva a abrir o siga doliendo. El dolor es bonito si tienes las herramientas para hacerle frente, sino puede convertirse en un problema. En mi caso, como escribo “me embadurna la tristeza” durante un tiempo, pero conseguí salir de ahí y escribir también desde la reconciliación personal.

P: ¿Cómo ves el acceso de la gente joven en la industria literaria actual?

Tenemos la suerte gracias a la tecnología de mostrar nuestras creaciones y llegar a mucha gente. De hecho, muchas personas tienen esta vía para publicar. Además, hay plataformas que te permiten también distribuir tu contenido como Wattpad. Sacar un libro en papel desde un prisma romántico como el mío es una pasada, pero las formas de mostrar tu obra son infinitas.


La nostalgia también echa de menos se puede adquirir a través de la página web de la autora.

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