El 8 de marzo de 2018, fue un punto de inflexión en la historia del feminismo, el pistoletazo de salida para una carrera de fondo que, a pesar de haberse comenzado a correr hace siglos, no había hecho más que empezar para muchas personas. Millones de mujeres protestaron en todos los rincones del mundo por el fin de la violencia sistémica y sistemática que sufrimos en esta sociedad patriarcal por el simple hecho de ser eso, mujeres.
En 2018 se demostró que el feminismo no es cosa de cuatro locas, ya no nos podían ignorar como lo habían estado haciendo hasta entonces, habíamos despertado y conseguido colarnos en todas las rendijas del sistema y ahora que estamos dentro, no queremos ni vamos a salir.
Este año el 8 de marzo ha vuelto con más fuerza; solo en Madrid, alrededor de 350.000 personas desbordaron el trayecto que hay entre Atocha y Plaza de España con motivo de este día, el doble que el año anterior. En otras ciudades, al igual que en la capital, el número de personas que han luchado de la mano del feminismo no ha hecho más que aumentar.
Aunque esto es cierto, la otra cara de la moneda es que muchísimas mujeres, por diferentes motivos, no pudieron acompañarnos y parar a pesar de que les habría encantado. @Quieroynopuedo es una iniciativa que nace en 2018 por “por la necesidad de darle visibilidad a estos motivos, denunciarlos y hacer ruido” para que “esta vez todas las que no pueden estar ahí, lo hagan de otra forma”.
Mediante un correo electrónico a quieroynopuedo.mail@gmail.com o escribiendo un menaje directo a su cuenta de Instagram @Quieroynopuedo, muchas mujeres han encontrado una vía para contar y denunciar de manera anónima y sin miedo a las represalias su situación personal.
Sea cual sea su situación, nunca estarán solas: las que sí podemos parar y salir a la calle gritaremos el doble por ellas.