Tras una espera interminable, Rihanna será la estrella de la Superbowl. ¿Nueva música u homenaje?
28 de enero de 2016. En ese momento, faltaban cuatro años exactos para que el Brexit fuese efectivo y nueves meses para que se iniciase la era Trump. La discografía de Rosalía era un folio en blanco, no había ni rastro de “Los Ángeles” o “El Mal Querer”. España llevaba más de 20 años sin quedar en el Top5 de Eurovisión y el Real Madrid tan solo tenía 10 Champions (masterclass de como tocar todos los palos cuando no sabes cuál es tu público objetivo). Ese jueves de enero, Rihanna publicaba su último álbum de estudio, ‘Anti’, e hizo bomba de humo. Hasta ahora.
¿COMEBACK A MEDIAS?
Cierto que llevamos mucho sin saber (musicalmente hablando) de la única persona capaz de hacerme creer que los paraguas molan, pero, los datos son los datos. Y como buen estudiante de economía (en unos meses podré quitar lo de “estudiante”), le doy la importancia que se merecen. Rihanna posee la escalofriante cifra de 54.857.000 oyentes mensuales en Spotify. Contextualizando esos datos y para que así podáis ver su magnitud, os regalo dos ejemplos: Beyoncé (que ha sacado álbum este año tras seis de parón) tiene 48.294.000 oyentes mensuales y Rosalía, quien para muchos parece estar hasta en la sopa, 38.439.175. Poco tiene que hacer Rihanna, decimotercera artista más escuchada del mundo, para tener un regreso histórico. La gente está ansiosa de Riri, la de los hits, no la de los tangas (pero a tope con el mensaje de Fenty).
Este viernes regresa con su primer single promocional tras varios años. Será uno de los temas principales de la banda sonora del retorno de Black Panther (le perdonaremos lo de colaborar con Marvel), “Lift me up”. Sin embargo, lo que sin duda más expectación ha generado es su actuación en la Super Bowl de 2023. Tras años de rumores y rechazos mientras Trump gobernaba, la hitmaker del siglo XXI llevará a cabo el Halftime Show. ¿Aprovechará todo este movimiento para sacar nueva música? ¿Nuevo disco? ¿O será un comeback a medias con más aroma a homenaje que a otra cosa?
¿MEJOR ESTRATEGIA EVER?
Si hay certeza detrás de los rumores, la de Barbados se encuentra en el estudio de grabación preparando su noveno álbum de estudio. Podríamos estar hablando de una de las mejores estrategias de los últimos tiempos.
Que Rihanna es una artista consagrada no cabe duda. Un factor muy importante a tener en cuenta en torno a su figura, durante estos seis años, es su hermetismo. No solo musical sino en todos los ámbitos. Sus apariciones en eventos, entrevistas a medios, portadas de revistas y todo lo relacionado con la industria han sido escasas o incluso nulas. La simbiosis entre este hermetismo y su poder como estrella han generado un deseo y anhelo en el público que pocos pueden conseguir (me viene a la cabeza un pelirrojo que se ha “retirado” ya veinte veces). Es tal el fervor que hay en torno a su vuelta que, en redes, es un “meme” continuo. Dicho deseo y anhelo son el motivo por el que la gente consumiría ese noveno álbum de la artista, aunque de canto gregoriano se tratase.
Hasta aquí todo dentro de lo normal. De hecho, se podría equiparar a lo ocurrido con Queen B este año. Sin embargo, la Super Bowl le da otra magnitud a todo ello. Siguiendo la tradición, la actuación será un mashup (o “popurrí” por si lo leen mis padres) de sus grandes hits. Sin embargo, si los rumores son ciertos, para esa fecha (febrero 2023), su disco ya estaría en el mercado y su correspondiente single sonando desde hace varias semanas. Colar ese sencillo (o aquel que sea el petardazo del álbum) en uno de los eventos en directo más vistos del mundo, con mayor publicidad y mayor respuesta de medios y redes sería una jugada magistral que añadir a la simbiosis. Y si encima, todos los outfits (“vestimentas” querida familia) y maquillajes de la actuación son de sus marcas, estaríamos hablando de una sinergia maravillosa.
Ahora si, la Riri de la música y la de los tangas, fusionadas. Un 2×1 en toda regla. Rihanna está de vuelta. The only girl en la industria musical.