El cuerpo en llamas es el nuevo estreno de Netflix basado en un caso real, pero ¿ocurrió tal y como se cuenta en la serie?
Rosa Peral fue acusada por asesinato con alevosía por matar a su pareja, Pedro Rodríguez, con la ayuda de su amante, Albert López, en 2017. Este caso se conoció como “El crimen de la Guardia Urbana” y se hizo eco en todos los medios del país. Netflix no ha desaprovechado la oportunidad de negocio y ha producido una serie y un documental de este suceso.
En Netflix puedes encontrar la serie de 8 capítulos llamada El cuerpo en llamas y Las cintas de Rosa Peral, un documental de 80 minutos. A continuación, incidiremos en algunas diferencias relevantes existentes entre los dos contenidos.
Aunque El cuerpo en llamas está basado en un hecho real no hay que olvidar que es una serie. Es decir, hay elementos ficticios que se introducen para hacer la trama más interesante. Por ejemplo, en la serie Rosa Peral solo tiene una hija, mientras que en la realidad tiene dos. Otro cambio interesante es que en la la vida real el exmarido de Rosa se llama Rubén, no Javi.
Un suceso que fue polémico durante el juicio y que no se menciona en El cuerpo en llamas es el testimonio de una de las hijas. La hija mayor le contó a su madrastra, Antonia, que el día del asesinato vio a su madre manchada de sangre. Este testimonio era clave para la policía. Pero como la niña era menor se le asignó un defensor judicial, que decidió que podía acogerse al derecho de no declarar para no testificar en contra de su madre.
Sin embargo, Antonia declaró y el fiscal le pidió que relatara lo que le había dicho la niña. Pero antes de que pudiera responder el magistrado paró el juicio porque se había determinado que la hija no tenía que declarar ni directamente ni indirectamente, como hubiese sido en este caso. Contarlo a través de Antonia era un método que tenía la fiscalía para burlar esa prohibición.
A pesar de ello, permitieron que Antonia describiera cómo se movía la hija cuando imitó a Pedro con la condición de que solo hiciera gestos. Pese a ello, Antonia comentó cosas que la niña le había trasmitido por lo que el magistrado no aceptó este testimonio. Sin embargo, el jurado ya lo había escuchado y esto pudo influir en su toma de decisiones.
Otro elemento ficticio que aparece en El cuerpo en llamas y que se deja muy claro en Las cintas de Rosa Peral es la profesión de Rosa antes de entrar al cuerpo policial. En la serie trabaja como bailarina en una discoteca, pero esto es un elemento inventado en historia. Rosa nunca fue gogó, aunque si es cierto que fue en un club donde conoció al que luego sería su exmarido.
En el juicio se incidió mucho en la vida privada de Rosa y esto generó mucho debate. Por un lado, unos consideraban que había que indagar en sus relaciones íntimas y personales porque eran relevantes para contar el caso. En cambio, otros pensaron que se podría haber dicho lo mismo sin tantos detalles. Hablar de los encuentros sexuales de Rosa se convirtió en el tema preferido de los medios sensacionalistas que fueron los que infundieron erróneamente que Rosa fue stripper.
Estos solo son algunos elementos creados por la ficción española. Si te interesa conocer más sobre el caso desde un tercer punto de vista diferente puedes ver los cuatro capítulos de la serie Crims, que se emitieron en TV3, el canal autonómico de Cataluña. Pulsando este enlace podrás verlo en catalán y también está disponible en castellano en Movistar.