Encerrados en una maceta

¿Por qué los humanos encierran la naturaleza en una maceta?

Marta Odriozola

Seguramente la reflexión de este artículo se acerque más a aquellos que vivan rodeados de cemento, y que más de una vez en los últimos meses se han sentido encerrados como si fueran una planta en una maceta.

Al igual que todos, has crecido con la idea (más bien esperanza) de llegar a ser alguien en “la vida”. Aspiras a crecer pronto, tener buenas oportunidades, ganar el máximo posible y comprarte una casa, un coche, viajar un par de veces al año. Esta frase la habrás oído muchas veces e incluso te aburre, pero cada día te la repites inconscientemente para aceptar la rutina y la vida que llevas, pero que no vives. Desde que naciste has intentado llegar a donde se supone que tienes que llegar, te han metido ideas e ideales por los cuales luchar, pero cuando llegas a tu meta, ves que esta no era tu lucha.

“Escoge un trabajo que te guste, y no trabajarás ni un solo día de tu vida”. ¿Pero cómo sabes qué quieres si el trabajo no está hecho para que te guste? ¿Pero qué vida vives, si en vez de vivir te concentras en ir adelante?

Un día te despiertas y te encuentras rodeado de cemento. El cemento de las oportunidades, el cemento para una mejor vida, el cemento para ser tú mismo y ser libre, el cemento para no depender de nadie. Te han vendido el ideal del cemento. Tienes que hacer que te guste, aceptarlo, porque sino nunca llegarás a ser alguien. Porque si decides no luchar por la mejor vida en la que te han hecho creer, quizás la encuentres de verdad. Seguramente tu libertad era enorme, pero también muy ligera. En los últimos meses has visto como la libertad se ha reducido a esas cuatro paredes que con tanto esfuerzo has conseguido. Seguramente sea ahí donde has visto que no estás hecho para vivir alrededor de tanto cemento.

Un arbol en las calles de Italia, sin maceta
Un árbol al que nadie hace caso, haciéndose un hueco a través del cemento de las calles de Milán (Italia)

Si paseas por una ciudad, seguramente veas muchos balcones con al menos una maceta. Quizás veas también muchos parques, más o menos grandes, bien cuidados y rodeados de una valla: son una maceta enorme. En medio del caos y de la innaturalidad de la ciudad, el ser humano ha conseguido recrear la naturaleza y contenerla, manejarla a su gusto, como un animal de compañía. La ha encerrado alrededor del cemento, al igual que tu estás encerrado en la ciudad.

Quizás esta necesidad de contener la naturaleza y manejarla sea el reflejo de la poca libertad que tiene el ser humano en su vida, junto a la necesidad de controlarla. Quizás sea la representación de lo frustrante que es el llegar a ser la planta más grande, pero ahogarnos en nuestras propias raíces por el poco espacio que encontramos. Posiblemente sea el ejemplo de todos los esfuerzos que se hacen para crecer, pero que acaban siendo en vano.

Puede que exista la manera para cada uno de replantearse lo que se tiene alrededor. De entender si lo que se ha conseguido hasta ahora es lo que se quiere o no. No digas que es tarde, no digas que te conformas con lo que tienes.

Mientras tanto, ve a dar una vuelta al parque.

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