¿Es Niebla una obra vanguardista? ¿Unamuno revolucionó la literatura con la invención de la nivola?
Sara Pardo
Niebla es la obra más famosa de Miguel de Unamuno por la aparición de la nivola. En ella Gustavo Pérez, un pobre joven que había perdido recientemente a su madre, se enamora de Eugenia, una mujer que ya tiene el corazón ocupado. Gustavo que no se rinde ante vicisitudes, está decidido a conquistarla. En el camino aparece Rosario, una muchacha que en un principio acepta el amor de Gustavo pero acaba rechazándolo por la locura de este. Un engaño cruel por parte de Eugenia provoca que tres días antes de la boda se fugue con su novio (al cual había dejado por Gustavo) para vivir juntos lejos de allí.
Hasta este punto, la novela tiene un argumento bastante normal; inicio, nudo y desenlace; un narrador omnisciente y un diálogo interesante y cómico. Sin embargo, en el tramo final de la obra, nuestro protagonista ante la situación tan áspera y triste que está sufriendo, decide que la mejor solución es el suicidio. Antes de cometer este acto de autodestrucción con el que acabaría esta tragicomedia, decide ir a visitar a Miguel de Unamuno a Salamanca, puesto que había leído ciertos estudios sobre él.
El autor, como creador y conocedor de todas las desdichas y logros del protagonista, no se sorprende de nada porque lo sabe todo, y así se lo demuestra a Gustavo. Todos los detalles, los pensamientos más íntimos, las acciones que quisiera enterrar… Todo era de su propiedad intelectual. Aquí comienza una discusión entre el creador y su creación, el autor y el personaje, la realidad y la ficción. Todo es niebla: Gustavo no está despierto ni dormido; no vive, pero tampoco muere; no existe, pero lo hace en la mente y ahora en las páginas del libro. Incluso Gustavo le reprocha que tal vez es Unamuno el ente de ficción y tan solo tiene como objetivo que la historia de Gustavo sea contada.
¿Unamuno creó el género nivolesco?
Aquí llega la originalidad de Unamuno, el que se le considera como pionero de la nivola, padre del ingenio… Y aquí llega también mi posición detractora, como la de otros muchos. No se le negará la increíble capacidad para hacernos reflexionar y su talento para la escritura, pero el pionero de la introducción del autor dentro del libro no es él. Tendremos que mencionar a Calderón y su Gran teatro del mundo, a Diego de San Pedro, Francisco Delicado y Francisco de Rojas. Por lo tanto, no es suyo más que el nombre, el neologismo que explica en la nivola de una forma metaliteraria.