El poder del collage como técnica artística irreverente, que desmonta y reconstruye a conveniencia, fue un aspecto crucial en el desarrollo de las vanguardias europeas. Hannah Höch, una de las artistas más representativas del fotomontaje, empleó su proyección artística tanto para cuestionar la situación social de la mujer, como para plasmar su visión de la República alemana de Weimar. El dadaísmo, movimiento al que se adscribe gran parte de su obra, tan presente en Berlín, fue muy crítico con la situación que vivió el país durante la década de 1920.
El fotomontaje fue una técnica muy popular entre los dadaístas, tan atraídos por el azar y lo irracional, que veían en esta técnica una herramienta de juego sin igual. En el siglo de la cultura impresa, como puede considerarse el siglo XX, la fotografía ocupaba cada rincón del espacio público, y estos artistas sabían que no debían —ni querían— obviar su existencia. Hannah Höch no podía ser menos.
Cut with the Kitchen Knife (1919-1920), la obra cumbre de Hannah Höch
En una de sus obras más conocidas, y con uno de sus títulos más largos, Höch se aproxima a la cuestión de la política alemana sin dejar de lado la ironía y la burla tan característica del movimiento dadá. Como referencia, entre las obras que podemos insertar en este movimiento se encuentran piezas como la icónica Fuente (1917) de Duchamp.
Cut with the Kitchen Knife Dada Through the Last Weimar Beer-Belly Cultural Epoch in Germany (1919-19120) introduce la estética del fotomontaje a través de imágenes de gran interés para la cultura mediática del momento. El mensaje, aunque en un primer vistazo resulte inabarcable, se detiene en la situación de la mujer alemana en la posguerra. Frente a imágenes de la ciudad militarizada, Höch introduce figura femeninas que bailan, juegan y se deslizan con libertad por la obra. Esta era la mujer que Höch encarnaba también en su día a día. La mujer libre, la mujer moderna.
La recepción de esta obra es interesante, ya que, aunque en un primer momento ni siquiera quisieron permitir que Höch expusiera en la Primera Feria Internacional del Dadaísmo, (no podemos olvidar que muchas de las vanguardias artísticas no se caracterizaron precisamente por aceptar a las mujeres como creadoras de pleno derecho), terminó siendo la pieza con mejores críticas de la exhibición.
Más allá de lo dadá
Como todos los movimientos de vanguardia, el dadaísmo no tardará en desaparecer en favor de nuevas corrientes, como, por ejemplo, el surrealismo. Así, en 1922 Höch rompe toda relación con el tipo, incluye con quien había sido su pareja, Hausmann, y se centra en la exploración del género como motivo de estudio.
Precisamente será el género uno de los ejes en torno al cual se desarrollarán dos de sus series más importantes: las muñecas y Desde un Museo Etnográfico. En esta última, Höch juega con los estereotipos de género y la idea de raza superponiendo el rostro de mujeres europeas sobre esculturas “primitivas” tan fundamentales para las nuevas corrientes europeas.
Pero las muñecas son, sin lugar a duda, las obras más llamativas de su trayectoria, cuyo motivo, además, aparece de forma continuada en su obra a través de diferentes medios. Primero fueron las muñecas como maniquíes y marionetas, con facciones exageradas pero claramente femeninas, que pretendían representar a la mujer como parte del consumo de masas, una crítica mordaz a la situación de la mujer. Tiempo después, recurrió de nuevo a la publicidad como archivo fotográfico y empleó anuncios de muñecas para niñas en nuevos fotomontajes como The Master (1925).
Hannah Höch frente al nazismo
Uno de los fenómenos culturales más interesantes que se produce durante el periodo entreguerras en Alemania, que ha sido ampliamente estudiado, es la exposición de Arte Degenerado, promovida por Hitler. En esta selección, se mostraban obras que iban en contra de los planteamientos morales del régimen. La museografía ha sido muy estudiada por su gran intervención en el discurso y la recepción de las obras. Frente a gran parte del grupo dadá, que con la llegada al poder del nazismo abandonaron el país, Höch se quedó en Berlín. Sus fotomontajes, críticos con el gobierno de Hitler, aparecieron en la infame selección de obras “degeneradas”. Esto la condujo a la censura nacional y la empujó a buscar espacios de exhibición en el extranjero.
Sin embargo, uno de los actos de mayor importancia que realiza Höch se trató de conservar y esconder una amplia colección de obras dadaístas, suyas y de sus coetáneos. A ella le debemos la preservación de un incontable número de obras europeas, que de otra forma habrían perecido durante el gobierno nazi. Así, su labor como artista no solo destacó por sus temáticas feministas, sino que fue también fundamental como agente cultural del mismo movimiento dadá que quiso expulsarla.
Referencias bibliográficas:
- BARBER, KAREN. “Hannah Höch, Cut with the Kitchen Knife Dada Through the Last Weimar Beer-Belly Cultural Epoch in Germany” en Smarthistory, 18 de Agosto de 2020, último acceso el 8 de octubre de 2025. smarthistory.org/hannah-hoch-cut-kitchen-knife-dada-weimar-beer-belly-germany/
- LIN, YINGYING. “The Expression of Feminism in Portrait Works of Hannah Höch by Using Photomontage during Weimar Germany” en International Journal of Social Science and Humanity, Vol. 13, No. 4, Agosto 2023.
- Exposición Hannah Höch en el Museo Reina Sofía del año 2004. museoreinasofia.es/exposicion/hannah-hoch/
