‘How  to have sex’: la película que todos deberíamos ver

‘How to have sex’: la película británica que pone en boca de todos lo que se queda entre los grupos de amigos

‘How to have sex’ es el debut de la británica Molly Manning Walker. Su título: una premisa que impregna cada escena. Es una carta de presentación al mundo que se mueve entre la intimidad y el atrevimiento ante un tema espinoso. Una película que, para muchos, nos termina resultando familiar. Cada escenario, cada situación, cada conflicto, nosotros ya hemos estado ahí. Precisamente con esa sensación pegada al cuerpo salí de la sala de cine. Por esa razón escribo hoy aquí sobre ‘How to have sex‘.

'How to have sex?'
‘How to have sex’. Foto: FilmAffinity

Tara (Mia McKenna-Bruce), Skye (Lara Peake) y Em (Enva Lewis) son tres adolescentes británicas dispuestas a comenzar ese mejor verano de sus vidas. Han terminado sus exámenes y tienen la ambición de celebrarlo por todo lo alto. Alcohol, fiestas, muchos cigarros y, por supuesto, sexo. Sus obsesiones y ganas de vivirlo todo nos lleva de la mano hacia un viaje íntimo. Nos muestran el lado oscuro del fin de la adolescencia al que todos acabamos estando expuestos.

Han pasado varios días desde que tuve la oportunidad de verla en la gran pantalla. Pienso todavía en el comienzo de la película. Las chicas en el taxi. La ilusión llena absolutamente todo. Son jóvenes y están alocadas, pero pueden serlo al menos por esta vez. Tienes ganas de salir de su casa, de conocer gente nueva y de beber. De estar juntas y serlo todo, de vivirlo todo. Y esto, por supuesto, con su parte negativa. Una parte de la que se tarda en hablar. No porque no se deba hacerlo. No se habla porque cuesta, porque es doloroso y porque da miedo. Porque supone el fin del mundo y te llena de un dolor tan profundo que te hace olvidar las palabras, o peor, no saber cuales usar.

'How to have sex?'
‘How to have sex’. Foto: Avalon

How to have sexno tiene miedo a nada. Pone en boca de todos algo que se suele quedar en la sombra. Habla de límites y de las amistades. Recalca las buenas y oscurece las malas. Nos deja entrever la inocencia de Tara, saber que todo cambiará después de ese viaje. Creces con ella, lloras con ella y hasta te enfadas cuando se enfada ella. Nos guía hacia el descubrimiento a través de un sinfín de borracheras, resacas y besos.

La dirección es lo que la hace tan personal y la sostiene a lo largo de esos 91 minutos. Molly Manning Walker también escribió el guion. Con cierta libertad para jugar con el tiempo, Molly responde duramente a preguntas planteadas. Podemos saber lo que han vivido los pocos personajes que salen. Por otro lado, tengo que mencionar el trabajo de los actores. Representan a unos desvergonzados británicos borrachos, y lo hacen tan bien que te envían de un salto a los viajes de fin de curso.

Para finalizar, os recomendaría, a quien me lea y tenga la oportunidad, que no dude en ir a verla al cine. El sonido, con esa música ahogada de discoteca y los gritos hasta que las voces se tornan roncas, hace que tú desaparezcas y estés de fiesta con las chicas. De todas formas, en una de las películas que está destacando en diferentes festivales (como Cannes – Sección Un Certain Regard: Mejor película), por lo que creo que pronto irá de seguro a plataformas como Netflix, Disney+ o Prime Video.

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