La Otra: una artista siempre creciendo (segunda parte)

En este artíulo seguimos analizando la discografía de La Otra, concretamente su recorrido de 2018 hasta hoy (2021)

Pavlo Verde Ortega

La semana pasada analizamos los inicios artísticos de La Otra. En esta nos centraremos en sus dos últimos álbumes, donde la evolución de la cantautora se vuelve innegable y la riqueza y variedad de su música cada vez mayor.

Creciendo (2018)

Creciendo (título ya de por sí muy ilustrativo) se publicó en 2018. El álbum abre con una referencia: “La poesía no es un lujo”. Esta mítica sentencia de Audre Lorde nos habla de la importancia del arte para cualquier lucha y sobre todo para las personas que luchan. Se trata de la mejor manera de canalizar las dificultades e incoherencias que inevitablemente nos asaltan. Tampoco se libra de estas La Otra, que aquí revela las contradicciones a las que se enfrenta día a día, en especial la dificultad de conciliar “lo que pienso y lo que siento” (El relato perfecto).

Estamos ante un disco más meditativo que los anteriores. La reivindicación y el carácter combativo continúan, pero atravesados por un halo de dureza. Encontramos canciones de desamor (Ya fue, La lluvia) que evidencian “qué difícil es desaprender”. Aun así la artista sigue determinada a aprender, crecer y construir individual y colectivamente. Los baches del camino son un pretexto para progresar: “Donde duele voy creciendo” (Donde duele). Debemos además entender este trabajo en el contexto de la consolidación del feminismo como movimiento masivo en España. El mismo año de su publicación se produjo la primera huelga feminista el 8-M. Hay motivos para la esperanza, aunque sea una esperanza prudente y llena de contradicciones.

Musicalmente el disco es un claro avance. Grabado en formato banda con Las locas del Co, escuchamos nuevos ritmos y estilos. Jazz, reggae, rap… con percusiones variadas, guitarras eléctricas, vientos y una voz cada vez más pulida.

Incendio (2021)

Y llegamos a su último álbum hasta la fecha, Incendio. Si Creciendo nació en un momento de relativo optimismo para el movimiento feminista este ha llegado en un momento de relativo pesimismo para casi todo. Lanzado este mismo año Incendio está atravesado por la pandemia y sus secuelas sanitarias y sociales. También por la cada vez más acuciante crisis climática. Y, por qué no, por el consumado resquebrajamiento de las fuerzas políticas nacidas de aquel 15-M en el que también emergió La Otra.

Incendio es consciente de todo esto y lo sabe expresar. La lucha y la reivindicación siguen presentes, pero en un clima de precariedad generalizada. Ahora bien, al álbum se le podría aplicar una famosa sentencia del poeta alemán Friedrich Hölderlin: “Donde crece el peligro crece también lo que nos salva”. O, dado que “la magia es que no hay nada de lo que salvarse” (Ya sé), mejor sería decir que crece lo que nos sana. Y es que a pesar de todo hay motivos para continuar luchando. El disco es también un canto de solidaridad, cooperación y sororidad, único antídoto contra nuestras crisis. Así lo expresa la canción Nunca canto sola: “Andamos sembrándole selvas al fuego”.

Hay una promesa de regeneración que alegóricamente se ve reforzada por la abundante presencia de elementos naturales en el disco. La selva, las flores, los ríos… aparecen como nunca en las letras de La Otra y nos prometen que todo “reflorecerá” (Agua de río). A esto hay que sumarle que el disco viene a certificar el largo aprendizaje de la artista, que se encuentra ante “desiertos de los que ahora sé volver” (Soltarte). La síntesis de todo el disco podría ser el poema Así de valiente recitado cerca del final.

En el plano musical también hay algunas novedades. Se consolidan los elementos del disco anterior, pero aparecen por primera vez sonidos electrónicos, influencia del R&B. Hay asimismo dos homenajes a la música popular latinoamericana. Uno, Agua de río, inspirado en el folclore y la nueva canción chilena. El otro, La llorona, es una original versión del clásico tradicional mexicano. Por otra parte, sus letras son aquí más metafóricas y conceptualmente ricas que nunca. Aunque la intención sea la misma, lejos queda ya el estilo explícito de sus primeras canciones. Ahora la reivindicación aflora de manera velada y sutil, llamando a una reflexión que acompañe la acción.

Conclusión

El éxito de La Otra consiste en haber llevado coherentemente el mítico lema del feminismo de la segunda ola (“Lo personal es político”) a su música y sus letras. En su universo creativo la reivindicación empieza por una misma y llega hasta los confines de la sociedad. Las inseguridades y contradicciones individuales se entretejen con el espíritu combativo. Además, aunque suele ser descrita, razonablemente, como una cantautora feminista, va más allá. Sus canciones entienden que ninguna lucha existe aislada y todas ellas se entremezclan en un horizonte común. Todo ello acompañado de una música cada vez más madura, rica y tan diversa como el mensaje de sus letras.

Hace tiempo que dejé de pensar que el arte puede cambiar el mundo. No obstante, puede pararlo por unos segundos y hacer reflexionar a quienes quieren cambiarlo. La Otra es una maestra en esto último.

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