FLCL Y LA AMBIGÜEDAD DE LA ADOLESCENCIA

La obra olvidada de los creadores de Neon Genesis Evangelion

Little Busters

La adolescencia, esa época tan extraña en nuestro desarrollo como seres humanos. Te salen granos, cambias la voz, aparecen pelos en lugares donde antes no había y, sobre todo, empiezas a definirte. Tus gustos, intereses, sexualidad… todas esas cosas brotan en esta etapa. La rebeldía frente a tus figuras de autoridad, la admiración hacia personas fuera de tu entorno y el pilar que se convierte tu grupo de iguales, es decir, tus amigos y tu compañía habitual.

Muchas obras hablan de estos cambios, el pasar de la niñez a la pubertad. Ya sea porque una persona se enfrenta a este especie de ecosistema como en “Chicas Malas” (2004, Mark Waters) o de lo turbio que pueden llegar estos nuevos compases, tal y como se muestra en la serie “Euphoria” (2019, Sam Levinson). Sin embargo, hay muy pocos títulos que reflexionan realmente sobre lo que pasa cuando no se está preparado para afrontar a este nuevo cambio dictado por unas convecciones sociales. Aquí es donde aparece FLCL y piensa sobre esto mismo.

I Think, I Can

Llevo un rato escribiendo y todavía no he dicho nada sobre la obra, así que entremos de lleno a su contexto. FLCL o Furi Kuri es una serie de OVAS anime formado por seis episodios entre los años 2000 a 2001. Tras el éxito que tuvo la película de “The End Of Evangelion”, Gainax junto a Production I.G, le dio luz verde a Kazuya Tsurumaki, ahora conocido por ser el codirector de los Rebuild Of Evangelion, para formar el llamado “Comité de producción de FLCL”. Al principio iba a ser una serie constituida por 24 episodios, como era normal para la época. No obstante, los novatos de la compañía propusieron un reto: hacer el anime con mejor animación del estudio. Para ello redujeron esos 24 capítulos a 6, con plazos de producción más largos entre cada uno.

Había un mantra durante su desarrollo que el propio Tsurumaki decía: “Hay que romper con las reglas”. Con esa mentalidad, toda propuesta se estudiaba. Por ejemplo, la serie no tiene banda sonora original, casi todas las canciones están hechas por el grupo “The Pillows” de los álbumes que habían publicado en aquella época. O que los episodios cambian su formato a fragmentos con estilos occidentales fuera del marco del anime. En particular, me hace gracia el momento en que se convierte en un capítulo de South Park.

Todo este ambiente, también afectó a la trama. No se sabe cuál era el punto inicial de la obra, pero si la temática que era la adolescencia. Sin embargo, cuando el director leyó una primera versión a los productores, terminó diciendo lo siguiente: “Realmente entender la trama no es un factor importante en FLCL.

Y esta afirmación es importante. Porque, como en la adolescencia, la lógica y el pragmatismo no es lo relevante, sino la emoción que te evoca el momento.

Blues Drive Monster

Sin embargo, pese a todo lo que he dicho, FLCL tiene una historia interesante. Naota, un chaval de 12 años, vive en la ciudad ficticia Mabase donde han instalada un edificio con forma de plancha por una empresa llamada “Medical Mechanica”. Naota tiene una relación amorosa con Mamimi, la expareja de su hermano mayor y única figura que admiraba nuestro protagonista. Mamimi lo está utilizando como parche de nicotina para sustituir a su hermano. Un buen día, Naota es golpeado por el bajo de una supuesta alienígena llamada Haruko Haruhara, transformando su cabeza en un portal interdimensional con la otra parte del universo. Aprovechando esto, unos robots gigantes se cuelan en la Tierra con la intención de provocar el caos en la vida de Naota.

Sí, esto es su premisa. Se podría definir como incoherente, extraña o absurda. De hecho, todas las situaciones, aprovechando el formato de la animación, son super exageradas. Incluso el propio título de la obra no tiene definición: FLCL. Durante varios capítulos se nombra esta palabra, pero no hay explicación, se dice y ya. Se utiliza más como un gag al juntar palabras que suenan como “Furi Kuri”. Es más, en cierto punto, un personaje pregunta directamente a Naota qué por qué se llama así la serie. No habiendo ninguna repuesta por su parte.

Ahora mismo, estaréis con la ceja arqueada. ¿En serio me está recomendado verme una serie sin argumento aparente? Pues sí, ya que como buena gran obra, FLCL esconde su mensaje de forma magistral.

El eje central de la serie es Naota, tras la llegada de Haruko y darle el golpe en la cabeza. Naota empieza a evolucionar como individuo. Al principio se presenta como un niño, que se cree más maduro que los demás. No obstante, es un chaval que se deja llevar por las situaciones. Está con Mamimi porque le recuerda a su hermano o le sigue el rollo a Haruko durante los acontecimientos ya que lo manipula con afecto rozando el sexual. Naota no se conoce bien todavía, es muy susceptible a todo lo que le rodea.

Haruko acercándose a Naota para hacer lo que ella quiere

En parte, Naota bebe mucho del personaje de Shinji de Neon Genesis Evagelion, pero mientras que Shinji es una trampa para que te reflejes en él y luego sentirte mal contigo mismo. Naota es más un reflejo de lo que fuiste en tu pubertad y como lo ves ahora que has crecido, dándote un poco de rabia por no haber hecho algo en aquella época.

The Last Dinosaur

Si bien, ahora parece que FLCL es una serie super profunda y criptica, tras lo que he escrito. Lo siento, pero no es así. El mensaje está ahí, esa evolución de la niñez a la pubertad, darte cuenta que no es un paso y dejo atrás todo, sino que es algo más parecido a un camino que puedes volver hacia atrás cuando quieras y no pasaría nada.

Lo que realmente destaca FLCL es su animación y, sobre todo, los cambios de estilo que tiene durante toda la obra. Antes he nombrado cuando cambia a un capitulo de South Park. No obstante, en cada episodio, trabajaron varios directores que les da su toque a la obra. Ya solo en el primer capítulo, que un beso cambie todo a un formato en 3D super exagerado o que haya un fragmento entero que es un manga pseudoanimado, dice mucho de la obra que es.

La esencia es la siguiente: tiene que rezumar adolescencia. Es decir, nunca ser lo mismo. Durante esta época experimentamos y no todas las veces tienen que ser buenos los resultados, pero tenemos que hacerlo y eso FLCL lo comprende. Como decía Tsurumaki: “La trama no es un factor importante en FLCL” y es verdad, porque lo que importa es la situación que se te queda en la cabeza y lo recuerdes con nostalgia. Como que un robot gigante salga de la cabeza de un chaval, una adolescente sintiendo amor por primera vez o un abrazo en el fin del mundo.

Cada situación en FLCL, incluso sus momentos de pausa, se te queda grabado. Acompañado por ese J-Rock que está perenne en el anime. Como en este artículo que llevo poniendo todo el rato los nombres de las canciones en los encabezados.

Beautiful Morning With You

¿Qué sería una obra sin unos personajes bien construidos? Ya os lo digo yo, una bazofia. Menos mal que FLCL tiene unos protagonistas exquisitos. No solo por nuestro eje principal que es Naota y su redescubrimiento en esta nueva etapa de su vida. También Mamimi, una adolescente trauma y que no sabe qué hacer con su vida, perdiendo su único apoyo que era el hermano de Naota, tiene que enfrentarse a este cambio sin él. O Haruko, una supuesta adulta con la mentalidad de una adolescente, haciendo todo lo que está en su mano para cumplir un objetivo, dándole igual lo que le pase a los demás.

El elenco principal de FLCL

El elenco de FLCL es variado, desde adultos con mentalidad de niños como el padre de Naota hasta jóvenes que tiene que madurar rápido para lidiar con sus problemas familiares. Son pocos personajes que tienen escaso tiempo en pantalla, pero cada uno brilla. Tampoco quiero hacer mucho spoiler porque la obra se ve entorno a 2 horas y merece la pena que la experimentéis sabiendo lo mínimo.

Ride On Shooting Star

FLCL es uno de mis animes favoritos. Es de estas obras que dependiendo en qué momento la visiones, descubrirás nuevas cosas. La primera vez que la vi, tenía 13 años y me identificaba mucho con Naota. Luego con 17 comprendí a Mamimi. Cuando tuve 22, no quería ser Haruko. Y, ahora, con 26 años, admiro todo lo que hace este pequeño gran anime que cumple el año que viene sus veinticinco aniversarios y que yo lo llevaré en mi cerebro para la vida adulta que se me presenta.

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