La película, dirigida por Emerald Fennell, consiguió 5 nominaciones en los pasados premios Óscar
Mireya Santiago Notario
Al público le encantan esos personajes a los que la vida ha jodido tanto que prefieren, y ya ni siquiera tienen reparo, en tomarse la justicia por su propia mano. Lo vimos, por ejemplo y recientemente, con el Joker y yo lo veo ahora en la protagonista de Una joven prometedora. Pero esta vez nos enfrentamos al patriarcado (que se dice muy rápido).
Como mujer creo que no meto la pata si digo que todas, alguna vez, hemos deseado o se nos ha pasado por la cabeza contestar de mala manera a esos tíos que te sueltan bastadas sobre tu culo cuando vas tranquilamente por la calle. La protagonista de Una joven prometedora hace algo así, pero mucho más retorcido y meditado.
Cuando entré a ver esta película, pensaba que se me iba a presentar en la pantalla algo muy distinto. Aunque he de decir que ni siquiera había visto el tráiler. Me esperaba la típica comedia adolescente (no por ello peor pero obviamente diferente), donde los creadores nos quieren colar la habitual farsa de la sexualización de la mujer como empoderante. Me imaginaba a una protagonista acostándose con tíos con el único fin de joderles después, y hacerse la chica dura.
Pero Cassie, la protagonista del film, tiene un trasfondo mucho más arraigado que nace de un tortuoso pasado. Todo lo que compone a un personaje es su historia hasta ese momento, y cómo actúa en consecuencia. Eso es lo que nos da chicha al público. Y, en este caso, a Cassie le condiciona la violación de la que fue víctima una de sus mejores amigas. A Nina la violaron cuando ambas estaban en la universidad, y eso cambio el rumbo de las dos. Tan grande fue el dolor que todo se torció y dejaron la carrera de medicina.
El violador, sin embargo, siguió su vida como si tal cosa. Terminó sus estudios y hasta acabó ejerciendo como médico. Para que luego venga alguien con la frase de una acusación de violación puede destruirle la vida a un hombre. No fue así; ninguno de los muchos intentos de Nina pidiendo ayuda, acabó por hacerle justicia (nunca mejor dicho). En la película no dan detalles de cómo ya no hay rastro de Nina, pero claro está que la situación llegó a matarla.
De ahí las intenciones de la protagonista, que se gestan sobre unos principios muy claros y resultan en algo un tanto utópico. Aunque no por ello menos tentador. Recuerdo especialmente aquella escena donde Cassie, tras golpear los faros del coche de un tío que no había sido muy simpático con ella, se queda en medio de esa carretera con machete en mano. La cámara se aleja, y se crea un gran plano general donde vemos el poderío de esa mujer. Pero a su vez la poca relevancia que tiene eso en el contexto; y otra vez vuelta a la realidad.
Como dije antes, Cassíe decide tomarse la justicia por su propia mano y buscar que el culpable de aquello salga a la luz. O, por lo menos, venganza. Así como sus compinches; o como dice ella, los espectadores de ese momento a los que les parecía demasiado trabajo parar aquella situación.
En Una joven prometedora no solo es importante la historia, la estética también nos está dando información. La composición de los planos suman aún más significado a las personalidades de cada individuo. Sin embargo, también a la película en general, que te está contando algo muy crudo de una manera muy fina y cuidada. De esta forma lo bonito de esa contradicción. Aún así esto lo ves ya desde el principio; en la relación, por ejemplo, de la protagonista con el equilibrio. Donde el primer plano en el que ella se presenta en la trama, irradia ya simetría. se contradice así con el caos que tiene en su cabeza; y nos dice que quizá Cassie tenga todo calculado y premeditado pero igual también necesita una visita al psicólogo.
Además, la conjunción de los acontecimientos no te los esperas nunca. Esa sorpresa continua y ese desencadenamiento de la acción, le dan sentido a la mente de la protagonista. Gracias, claro está, a la interpretación de Carey Mulligan; lo que le consiguió esa nominación a mejor actriz en los premios Óscar.
En general, una historia de venganza que no se queda ahí; sino que tiene base en algo más importante todavía, la crítica a comportamientos machistas que están ya arraigados en nosotros. En particular, ataca al mito de la chica lo estaba buscando porque iba borracha, que en realidad busca encubrir un acto tan atroz (y me quedo corta) como es una violación.