El Pequeño Teatro Gran Vía de Madrid acoge este espectáculo teatral hasta el 12 de junio
Tras pasar por diversas ciudades como Bilbao, Valencia o Sevilla el espectáculo teatral del actor y humorista Santi Rodríguez, Espíritu: Una comedia para morirse de la risa, ha llegado al Pequeño Teatro Gran Vía de Madrid. Así, hasta el 12 de junio podremos disfrutar de esta función, de unos 90 minutos, dirigida a todos los públicos.
¿Qué sucede en el más allá? Esta es la pregunta que nos plantea Santi en su nuevo espectáculo, el cual promete ser todo un éxito ya que, en su primera función, el 1 de junio, llenó todas las butacas de este pequeño teatro.
Espíritu es una función dónde no faltan las risas y la interacción con el público. De forma muy natural, Santi traslada las cosas cotidianas de nuestro día a día al otro plano y lo hace de tal manera que no puedas dejar de reír. ¿Existen los vecinos en el más allá? ¿A qué se dedica un espíritu cuando se queda en la tierra? ¿Cómo sabemos que hemos muerto? Todas estas preguntas y más giran entorno a la comedia que realiza dentro del humor un análisis de la sociedad actual y responde a las preguntas que surgen sobre el otro lado.
Todo ello en un pequeño escenario, donde la decoración es la justa y necesaria, que hace que sientas al actor más cercano que nunca.
Por otro lado, si durante la función no faltan las risas, el final de esta puede hacer que alguna lágrima salga de nuestros ojos. Pues, tras las risas que nos proporciona, existe un mensaje muy bonito, del que muchas veces somos conscientes pero que es necesario que nos recuerden. ¿Por qué le tenemos miedo a la muerte, si también tenemos miedo a vivir? Aprovechar cada instante o no dejar un te quiero por decir. Esas pequeñas cosas pasan desapercibidas en un mundo acelerado. Nos importa más el qué dirán de nosotros que vivir cada momento sin pensar en el mañana o en el ayer.
Por ello, la experiencia de asistir a ver Espíritu: Una comedia para morirse de risa es recomendable. Por todas las risas, el humor magistral de Santi y el mensaje que nos transmite este espectáculo, escrito por Rodríguez junto a Kikín Fernández.