Miles Teller y Callum Turner completan el triángulo amoroso de una película que busca hablar del amor más allá de la muerte
Pablo Neruda escribió la idea que Eternity secunda. “Si nada nos salva de la muerte, al menos que el amor nos salve de la vida”, diría el escritor chileno. Sólo el amor es capaz de hacernos libres al ser un salvavidas de los vaivenes de la vida y, cuando hay una eternidad después de la muerte, el amor es lo que nos queda para salvarnos de ese final sin fin y eso, precisamente, es lo que busca plasmar el director David Freyne en su nueva película.
Joan (Elizabeth Olsen) llega al más allá. Un destino en el que las personas disponen de una semana para decidir cuál es el lugar idílico para pasar la eternidad. Allí se encuentra con su compañero de vida Larry Cutler (Miles Teller), quien habría fallecido apenas unos días antes que ella tras 65 años de matrimonio. Todo esto se truncará cuando aparece el primer amor de Joan, Luke (Callum Turner), con quien habría estado casada durante dos años y con quien no pudo pasar el resto de su vida. Joan deberá escoger entre ambos para ver con quien pasará el resto de su eternidad sabiendo que no va a tener opción para equivocarse.
Eternity y su innovadora historia
En este planteamiento en el que el amor consolida la forma de vida y es la vía de escape ante las grandes desgracias, Freyne nos permite explorar las cuatro opciones que plantea este dilema: escoger al amor de tu vida, escoger a tu primer amor, escoger a ambos o no escoger a ninguno.
El dilema, lejos de ser idílico, acaba representado la vida misma. Al estilo de la película de Dan Kwan Todo a la vez en todas partes, Freyne se encarga de mostrar cómo sería la eternidad de Joan en cada una de estas cuatro opciones. Una vía maravillosa para demostrar que el sufrimiento es inevitable independientemente de la elección porque “siempre pierde alguien”.

Un reparto con altas dosis de química
Si tuviésemos que retratar en el cine cómo es en realidad un triángulo amoroso, esta sería la mejor forma de llevarlo a cabo. Elizabeth Olsen, Miles Teller y Callum Turner exponen sus cuerpos -y sus almas- para consagrar en Eternity la química que deberían llevar consigo las grandes comedias románticas. Mientras que la tercera hermana Olsen continúa demostrando sus carácter polifacético como actriz, Teller regresa a la gran pantalla tras su éxito en Top Gun: Maverick y Turner recuerda ser un genio en las comedias románticas. Sin embargo, a este triángulo se les une Ryan (John Early) y Anna (Da’Vine Joy Randolph) también entran en juego con personajes que se complementan con grandes puntos de comedia y generan unas dinámicas bastante interesantes en la narrativa.
Unas interpretaciones sólidas que respaldan un guion atractivo y que de apariencia es menos profundo de lo que es en realidad. Sin embargo, lo mejor de este film es la dirección artística y de fotografía que crean una narrativa visual digna del más allá.
Esta comedia romántica saca pecho ante las últimas películas con triángulos amorosos y se consolida como una de las películas del año en este género. Este reparto con una química descomunal creará el ambiente perfecto para que la idea de Freyne conquiste la taquille a partir de este viernes.






























