Elsa Schiaparelli fue una de las diseñadoras más importantes del siglo XX, cuyo legado sigue definiendo la trayectoria de la firma que lleva su apellido. Con inclinaciones artísticas definidas, el origen de la casa de moda estuvo caracterizado por la innovación, la modernidad y extravagancia de los primeros diseños de Schiaparelli.
Portadas, faldas patalón y el rosa schocking

La primera diseñadora de moda que apareció en la portada de la revista Time, abrió su primera tienda en París en 1927. Desde sus inicios, tomó decisiones arriesgadas que la llevaron al centro de la atención mediática. Uno de los episodios más destacados y escandalosos está relacionado con la tenista española Lilí Álvarez, para la que diseñó una falda pantalón como parte de su vestuario para el Roland Garros de París y el torneo de Wimbledon.

Si hay algo que caracterizó la trayectoria de la diseñadora italiana, fue su trabajo con formas extravagantes y colores llamativos. Quizás el mejor ejemplo de esto es el lanzamiento en 1936 del rosa schocking, un tono de fucsia que empleó en todo tipo de piezas, incluyendo las joyas y los perfumes de su sello. El uso más conocido de este tono se produjo en la década de 1950, en la icónica escena de Marilyn Monroe con el vestido rosa en la película Los caballeros las prefieren rubias.
Pero sin duda, una de las innovaciones más importantes que introdujo Elsa Schiaparelli al mundo de la moda fue el concepto de “capsule wardrobe”, bajo el nombre Constellation Wardrobe (1946). Este conjunto de prendas había sido específicamente diseñado para viajar, por lo que incluía piezas indispensables y de fácil combinación que en conjunto pesaban menos de seis kilogramos. Al igual que con la falda pantalón, Schiaparelli abogaba a través de la moda por la emancipación femenina, creando soluciones prácticas que permitieran a las mujeres viajar con frecuencia sin demasiadas complicaciones.
La Maison Schiaparelli
Uno de los episodios más significativos en la historia de la firma se produce en 1929, cuando Schiaparelli pone en circulación su primera fragancia bajo el nombre “S”. La letra terminará por convertirse en el sello identitario de todas las creaciones de la diseñadora.
En 1941 se va con su hija, de ascendencia judía a través de su padre, a Nueva York para protegerla del avance del ejército nazi sobre Francia, pero no cierra la casa de alta costura parisina. Desde Estados Unidos sigue apoyando las iniciativas de la resistencia francesa. Cuatro años después, con el fin de la guerra, regresa a París y presenta una nueva colección. El éxito de la firma, sobre todo en el sector de la perfumería, sigue creciendo. En 1947 Givenchy comenzará a trabajar como director creativo de la boutique, donde permanecerá hasta el lanzamiento de su propia marca.
El último proyecto en el que trabajó Elsa Schiaparelli fue el vestuario de la película Moulin Rouge (1952), que incluye su característico rosa schocking. Tan solo dos años después, en 1954, Schiaparelli cierra la casa de alta costura y decide dedicarse a su autobiografía. Lo que mantiene a la firma con vida son las fragancias, que siguen comercializándose tras el cierre de la boutique.
Elsa Schiaparelli y los artistas
“Schiaparelli & the artists” hace referencia a una sección de la página web de la firma. Es un homenaje claro al legado artístico de su trayectoria. Schiaparelli comenzó a trabajar junto a los surrealistas y dadaístas en la década de los años 30.
Salvador Dalí

Su amistad con Salvador Dalí dio lugar a un gran número de colaboraciones. Entre estos trabajos destaca el que se conoce como “Vestido langosta”, un traje largo de seda blanca que en la parte frontal de la falda tiene una gran langosta pintada por Dalí. La langosta era un tema recurrente en la obra del pintor, que reconocía en ella un icono de la sexualidad femenina. Este vestido fue objeto de un reportaje detallado en la revista de Vogue de mayo de 1937 y no es la única muestra de su amistad con el pintor. Más allá de los vestidos y accesorios en los que trabajaron juntos, Dalí diseñó el bote del perfume Le Roy Soleil (1947) en homenaje al rey Luis XIV. Esta fragancia floral y afrutada fue comercializada en una edición limitada del año 2000 con el cristal de Baccarat.
Leonor Fini

Schiaparelli ya se había posicionado como una gran firma en el ámbito de la perfumería. Diez años antes, la artista argentina Leonor Fini diseñó para ella el frasco de su icónico perfume Schocking (1937), inspirado en las curvas de la actriz Mae West.

Fini también trabajó a su lado en el diseño de vestidos formales, modernos y femeninos. Sus dibujos, que ilustran piezas de las colecciones de alta costura de Schiaparelli, no reniegan del carácter fantasioso de su trayectoria en la pintura. Fini inserta estas figuras en un paisaje poblado de criaturas aladas extravagantes. Un ejemplo es el dibujo que hace de un vestido de la colección de invierno de 1939.
Andy Warhol

Otro de los nombres con los que se asoció fue Andy Warhol, al que conoció durante su estancia en Nueva York. La participación de uno de los grandes artistas del Pop Art en la publicidad era un hecho recurrente. Para Schiaparelli hizo una ilustración de los guantes que iban a salir al mercado americano en la década de los años 50.
Pero no fueron los únicos. La capital francesa fue, durante la primera mitad del siglo XX, un centro fundamental de la actividad artística, donde Schiaparelli compartió su trabajo con otros artistas. Desde fotógrafos como Man Ray y Cecil Beaton a la inspiración que extrajo de la obra de René Magritte, no es posible considerar la trayectoria de Schiaparelli sin tener en cuenta el próspero circuito cultural en el que se desenvolvió.
Schiaparelli en la actualidad: pasarelas y museos
A pesar del cierre de 1954, la firma no cayó en el olvido. En 2012 se reabre la boutique parisina, de nuevo en el Hôtel de Fontpertuis en Vendôme. Pero será finalmente en el año 2014, durante la Semana de la Moda en París, que Schiaparelli vuelva a desfilar por la pasarela con una colección de alta costura. Cinco años después, Daniel Roseberry es elegido como director artístico. Bajo su dirección, la firma ha vestido a personalidades de la talla de Lady Gaga, Michelle Obama y Beyoncé.
El circuito cultural tampoco ha podido dejar de lado la notable participación de Elsa Schiaparelli en las artes. De aquí surgen iniciativas como la exposición Schocking Chic que estuvo en el Museo de las Artes Decorativas en París, del 6 de julio de 2022 al 23 de enero de 2023. En esta muestra se exhibieron trajes, joyas, perfumes y complementos, todo en línea con la visión artística, rompedora y moderna que llevó a Schiaparelli, bajo la dirección de la diseñadora italiana, al centro de la escena de la alta costura parisina.
Elsa Schiaparelli era consciente del poder que tiene la moda. Su colaboración con los artistas no fue casual. Ella sabía que sus creaciones tenían la capacidad de intervenir directamente en la sociedad y así lo hizo constar en su autobiografía. Es, sin duda, uno de los mejores ejemplos de la versatilidad de la vanguardia surrealista.
En tiempos difíciles, la moda siempre es extravagante.
Elsa Schiaparelli en Schocking Schiaparelli (1954)

Fotografía de la Fundación Gala-Salvador Dalí, 2019.
Para saber más sobre la historia de la Maison Schiaparelli: schiaparelli.com/en/21-place-vendome/the-story-of-the-house/