Guerrilla Girls: La lucha continúa

Amalia Pont

En 1985 se inauguró en nueva york una exposición en el MOMA que afirmaba tener a todos los artistas más importantes del momento, sin embargo dentro de la exposición no se podía ver ni un solo cuadro creado por una mujer. Como respuesta a esto se hizo una gran manifestación en la que se juntaron varias de las componentes de lo que sería el grupo activista conocido como las Guerrilla Girls.

El nombre del grupo nace de sus tácticas de “ataque”, denominadas guerrilla de comunicación. Y la razón por la que llevan las máscaras de gorila es para mantener su anonimato, ya que para ellas es más importante la acción y el impacto que puedan crear como grupo anónimo que la identidad o la importancia de la persona debajo de la máscara..

Sus primeras acciones se basaron en colgar carteles y hacer apariciones en galerías y museos para denunciar la discriminación por motivos de raza y género.

Los carteles de las Guerrilla Girls usaban humor y corrientes artísticas que recuerdan al pop art o a los carteles de Barbara Kruger, con colores e imágenes llamativas y con mensajes cortos y contundentes. El objetivo de estos carteles era incomodar a aquellos que tenían culpa y concienciar a los que estaban al margen.

Las Guerrilla Girls comenzaron como un grupo de artistas que luchaban por la igualdad en el arte y la falta de discriminación por razones de raza y género, sin embargo las cosas han cambiado, y las Guerrilla Girls también. Sus acciones no van solo dirigidas hacia en mundo del arte sino también hacia la política, en cine y el teatro.

Actualmente el grupo tiene la sede principal en Nueva York, pero tiene adeptas y hacen proyectos, intervenciones y exposiciones por todo el mundo.

Aunque su base ideológica sigue siendo la misma, el grupo activista se ha ido adaptando a los tiempos y a las necesidades de la gente. Es por eso que uno de sus principales lemas es “reinventando la palabra F (feminismo)” con esta reinvención lo que las Guerrilla Girls quieren hacer es, acompañadas de humor, desmontar esta imagen de mujer feminista enfada y severa y llevar su mensaje lo más lejos posible.

Además de desmitificar esa mala imagen que los medios han dado al feminismo, este grupo activista defiende un feminismo interseccional que lucha en contra de la discriminación y a favor de los derechos humanos para cualquier persona sin importar su raza o género.

Sus obras se tratan y se han tratado siempre de vulgares y sin valor artístico, aunque sinceramente yo creo que quienes tienen estas opiniones son aquellos a los que afectan sus obras. Lo que más me llama la atención de este grupo es que nació en los años 80 como una necesidad para proteger a aquellos que estaban siendo pisoteados. Y aquí estamos, en 2018, aun necesitando grupos como estos que generen esa plataforma para que podamos expresarnos y hacer llegar nuestra voz lo más lejos posible.

Está claro que las cosas han cambiado y es algo que tenemos que agradecer a estos grupos primigenios. Pero aún hay mucho por lo que luchar y creo que está claro que no vamos a parar hasta que lo consigamos.

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