‘Caza de brujas’: Los tiempos cambian

Se estrena ‘Caza de brujas’, el thriller complejo y provocador de Guadagnino sobre lo ‘woke’ y la cancelación que dará mucho que hablar

La vida de Alma Imhoff, profesora de filosofía en la prestigiosa Universidad de Yale, se desmorona tras una fiesta en su casa. Su alumna estrella, Maggie Price, le cuenta que el profesor Henrik la ha agredido sexualmente, mientras él asegura que se trata de una venganza por acusarla de plagiar su tesis doctoral. Así comienza la lucha interna de Alma por averiguar quién dice la verdad, lo que amenaza su futura plaza en la universidad, su prestigio, su relación con su amigo y amante y un oscuro secreto de su pasado que podría salir a la luz.

Fotograma 'Caza de brujas'.
Fotograma ‘Caza de brujas’. Foto: Sony Pictures

Libertad y responsabilidad

Son varias las escenas de Caza de brujas en las que el tictac de un reloj llena el silencio de la sala de cine. Las manecillas marcan el inevitable paso del tiempo y, en consecuencia, nos recuerdan que los tiempos cambian, aunque algunos se resistan a aceptarlo.

Así, entre los múltiples matices de un guion tan complejo como los tiempos que vivimos, la trama se ambienta en las repercusiones de una violación en un ambiente rico y marcado por la diferencia generacional. Una cuestión incómoda se pone en boca de Henrik, el “cancelado”, mediante el escritor Steinbeck: “No hay gente pobre en América, solo millonarios temporalmente empobrecidos/avergonzados”.

¿Es esto cierto? ¿Existe realmente la cultura de la cancelación? En este caso, parece que sí. Fuera de la pantalla, son mayoría los casos como el del propio Donald Trump, que demuestran que el dinero sigue siendo lo más efectivo para hacer olvidar.

Con la voz que siempre han tenido y siguen teniendo, quienes equiparan erróneamente cancelación con linchamiento usan la libertad de expresión como arma arrojadiza contra quienes cuestionan sus privilegios. Como ejemplo, “Hay que ganarles la batalla cultural a los zurdos de m*” que decía Milei. No son conscientes de que ser libre de decir lo que piensas y actuar según ello no te vuelve impune a las consecuencias, y hay que ser responsable para asumirlas.  

Fotograma 'Caza de brujas'
Fotograma ‘Caza de brujas’. Foto: Sony Pictures

Generaciones en conflicto

Aunque crítica, la película no pretende deslegitimar las acusaciones de acoso y agresión sexual, ni a sus víctimas, ni movimientos como el Me Too. Por el contrario, plantea preguntas y dilemas relacionados con la clase social y el abuso de poder en entornos privilegiados. Así, demuestra que incluso en este ambiente prevalecen las jerarquías raciales, de género e identitarias, aunque las víctimas también tengan su propia parcela de poder.

De origen acomodado (hija de la familia Price, una de las principales donantes de la universidad y de las más ricas del estado) y al mismo tiempo enmarcada en las líneas de acción del movimiento ‘woke’ (racializada, lesbiana, sale con una persona trans no binaria), Maggie personifica la incomodidad de la generación ‘boomer’ con los tiempos actuales y, tal vez el matiz más interesante, la diferencia generacional al lidiar con el trauma.

Así, cobra sentido lo forzadas que suenan las primeras conversaciones en la película, especialmente durante la fiesta en casa de Alma. La Universidad de Yale, una de las principales cunas en Estados Unidos del movimiento ‘woke’ y, al mismo tiempo una de las más caras en el mundo, se presenta a través de su departamento de filosofía como un entorno pedante, superficial, lleno de egos e hipócrita, con un discurso que resulta vacuo a la hora de afrontar un suceso incómodo.

La de Alma no es la única realidad que se desintegra. Maggie experimenta el juicio de quienes la rodean y parten al igual que ella de un entorno privilegiado. Pero lo más doloroso es el desencanto con su ídolo cuando le cuesta posicionarse a su lado. Aquí nuevamente la película acierta al no justificar, pero tampoco rechazar, la reacción de Alma, propiciando un encuentro literal y figurado entre ambas generaciones.

Fotograma 'Caza de brujas'
Fotograma ‘Caza de brujas’. Foto: Sony Pictures

Una historia afilada y un elenco brillante

La debutante Nora Garret (Mentes criminales: Sin fronteras) propone en su primer largometraje como guionista y productora ejecutiva una historia retorcidamente inteligente y con muchas aristas.

Por ello, más allá de su atractivo para la taquilla y los temas que suele tratar en su trabajo, surge la duda sobre si Luca Guadagnino (Queer) es el mejor para dirigirla, ya que su paso por Venecia deja claro que no es la favorita de su filmografía.

Por otro lado, la que es ya una colaboración afianzada con Trent Reznor y Atticus Ross y que tan bien funcionaba en Challengers (2024), en esta ocasión, aunque de presencia escueta, distrae más que apoya la imagen.

En cambio, el reparto deslumbra, con una imponente y aclamada interpretación de Julia Roberts (Notting Hill) y la impresionante sinceridad contenida y llena de matices de Ayo Edebiri (The Bear). Les acompañan los también un Andrew Garfield (Tick, Tick… Boom!) llevado al límite, y los excelentes Michael Stuhlbarg (Call me by your name) y Chloë Sevigny (Bones & all).

Una propuesta sólida llena de matices

Caza de brujas acierta al mostrar las repercusiones de una violación en un ambiente corroído por el egoísmo, la reputación y el dinero. Una crítica voraz a la hipocresía de las clases altas, pero también al conjunto de la sociedad cuando estas situaciones nos salpican individualmente. De esta forma nos hace replantearnos a quién va dirigida realmente la frase: “No todo tiene que hacerte sentir cómoda”.

A destacar positivamente del guion, la complejidad tratada con respeto y con ambición comercial a modo de Caballo de Troya con nombres propios (Guadagnino, Edebiri, Roberts…). Pero Caza de brujas también deja preguntas sin responder que pueden sustentar discursos reaccionarios.

¿Se trata de una provocación con intención de parecer más importante de lo que es realmente? ¿Demuestra tal vez que al final sus creadores no estaban tan dispuestos a jugársela? ¿O es un reflejo crítico pero realista de las vicisitudes que hay en cada persona, entre sus valores y su realidad?

Eso queda a elección del espectador.

Estreno en cines el 17 de octubre.

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