CRÍTICA DE ‘MUJERCITAS’: Viaje a un pasado no muy lejano

Greta Gerwig sorprende con una nueva adaptación de ‘Mujercitas’, la inspiradora novela de Louisa May Alcott

No había grandes predicciones para el segundo filme de Greta Gerwig en los Premios Óscar 2020, quien nos sorprendió en 2017 con Lady Bird, su primera película. Sin embargo, la adaptación de la novela de Louisa May Alcott, Mujercitas, no ha dejado indiferente a una crítica que ya traía el recuerdo de anteriores versiones de esta historia ambientada en el siglo XIX.

En ella, cuatro hermanas (Jo, Amy, Beth y Meg) viven con su madre en una Norteamérica que sufre, aunque de forma lejana, una cruenta Guerra Civil, en la cual el padre de estas se encuentra combatiendo. Esta situación hace que Jo (Saoirse Ronan) decida ponerse a trabajar en diversos empleos para ayudar a su familia. Entre ellos, uno que le apasiona desde que es muy joven: escribir. Bajo el telón de un pueblo casi encantado por un cuento de hadas y de un atractivo vecino (Timothée Chalamet) que intentará conquistar a las hermanas, estas cuatro mujercitas lucharán por hacerse un hueco en una sociedad con poco espacio de elección para la mujer.

Gerwig, que ya nos demostró sus grandes dotes para la narración con Lady Bird, nos muestra una versión modernizada de la novela. En esta adaptación, el concepto de tiempo se diluye y trasladarse de una época a otra resulta sencillo para un espectador que se mueve como pez en el agua en la historia de estas hermanas.

Fotograma de 'Mujercitas' (2019) de Greta Gerwig.
Fotograma de ‘Mujercitas’ (2019)

Si algo destaca en esta nueva adaptación es el aire barroco que rodea a toda la película. Llevado con una puesta en escena exquisita, que logró que la película ganará el Óscar a Mejor diseño de vestuario. A pesar de que el filme contaba con seis nominaciones y solo recibió un galardón, la película de Gerwig ha sido aplaudida por la crítica.

Otro de los rasgos imprescindibles es el empleo de flashbacks y de incursiones en el tiempo. En la película, la directora hace constantes alusiones al pasado de las protagonistas con elipsis muy sútiles, a veces poco perceptibles, que hacen de la narración un fluir constante de amores, desilusiones, aciertos y errores.

Entre el reparto, destacan nombres como los ya mencionados, Saoirse Ronan y Timothée Chalamet, y otros como el de Laura Dern y Meryl Streep. La gran química entre Ronan y Chalamet, que ya pudimos apreciar en Lady Bird, nos regala en Mujercitas escenas cargadas de tensión. Aunque si un papel destaca de forma notable es el de Florence Pugh, en su papel de Amy, cuyo personaje cobra una relevancia importante en la trama de la película.

Feminismo sí, pero dinero también

La presencia del dinero está muy ligada a la historia. Jo, la protagonista, se ve obligada a tomar decisiones en torno al mismo. Algo que también refleja el papel de la mujer en ese momento. Meg (interpretado por una maravillosa Emma Watson) tiene el deseo de casarse, quiere tener una estabilidad. Algo similar le sucede a Amy que, a pesar de tener aspiraciones artísticas, es consciente de que para poder prosperar necesita tener un marido.

“Solo soy una mujer. Y como mujer no hay forma de que pueda hacer mi propio dinero. No lo suficiente para ganarme la vida o para mantener a mi familia. Y si tuviera mi propio dinero, que no lo tengo, ese dinero le pertenecería a mi esposo al momento de casarnos. Y si tuviéramos hijos serían suyos, no míos. Serían de su propiedad. Así que no te sientes ahí y me digas que el matrimonio no es una propuesta económica porque lo es”.

Amy (Florence Pugh)

Y es este contrapunto del dinero, el que hace que, en ocasiones, el fuerte significado de empoderamiento feminista que rezuma la novela se diluya. No obstante, nadie puede negarle a Ronan que su personaje esté bien trazado. ‘Mujercitas’ evoca a un tiempo pasado que nos evoca a un presente. Y no porque las condiciones sean las mismas. Sino porque es inevitable identificarte con las tramas cotidianas de sus personajes. Y es que no importa de dónde seas o dé que época vengas. La juventud siempre será juventud en sus diversos parámetros. Y hará lo que le corresponde: vivir a su manera.

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