‘El llanto’, del director novel Pedro Martín Calero, compitió en San Sebastián bajo la terrorífica pregunta: ¿quién está detrás de ti?
‘El llanto’ es una película cruel en muchos sentidos. La historia, con guion de Isabel Peña y Pedro Martín Calero nos habla de tres mujeres acosadas en diferentes tiempos por el mismo “monstruo” -monstruo en muchos sentidos-. Invisible en el mundo real, este cobra un físico imponente a través de las pantallas. Un miedo recurrente cuando estás en una videollamada y eres consciente de gran parte del fondo de tu receptor. Cualquier sombra extraña en la mala calidad, cualquier movimiento que percibas te arrastra a la horrible pregunta: Oye, ¿quién está detrás?
Las tres mujeres
Andrea (Ester Expósito) es la primera protagonista. Con ella compartimos país y espacio temporal. Con ella conocemos por primera vez a esa cosa. Lo hacemos de forma brutal y terrorífica a través de una videollamada con el novio (Àlex Monner) que se encuentra en la otra parte del mundo. Se siembra mucho sobre algo desconocido, pero que está ahí. La curiosidad implacable de Andrea la guía hacia un piso en un bloque solitario donde parece escuchar unos llantos… Y es la última vez que sabemos algo.
La segunda protagonista es Camila (Malena Villa), una estudiante de cine de varias décadas anteriores. Bajo un enfoque de voyeur, personalmente es la parte que me atrapó por completo. Habla sobre como la obsesión de un trabajo artístico es incapaz de frenarte, tan inmoral, pero atractivo. Hasta pasa desaparecido para Camila ese ser. Con toques de ‘It follows‘, la maldición parece ir pasando de una mujer a otra. Solo en mujeres.
Tras exprimir al máximo la historia de Camila, la única que empieza a saber, cerramos con Marie (Mathilde Ollivier), que en realidad siempre estuvo presente. Aquí la historia es una tragedia inevitable. Si eso se te pega, poco puedes hacer. Llegar al piso del bloque que aparece en diferentes países y años es solo el fin. La reunión con todas ellas no se puede evitar.
Dirección y guion
Con ‘El llanto‘, Pedro destaca como director. Su gran influencia de la publicidad, donde ha trabajo años, se plasma en los planos y montaje. Visualmente todo encaja, nada está puesto sin querer y solo debes dejarte guiar. La composición, su orden y trabajo de arte es un regalo. Las escenas en la discoteca, junto al juego de la iluminación y la ansiedad in crescendo marcan un estilo propio de alguien que todavía tiene mucho que contar.
Por supuesto, la participación en el guion de Isabel Peña se hace notar. Uno de los prodigios de escritura cinematográfica contemporánea marca unos ritmos perfectos. La fuerza de la estructura, la unión de tres historias desarrolladas en principio de forma aislada, son un trabajo casi imposible. Un ser maligno con una fuerte raíz en la realidad muy sutil, pero que cuando llegas ahí todo cobra un sentido espeluznante.
Una de las pocas películas de género de terror dentro de la Sección Oficial de San Sebastián en su 72ª Edición. La otra temática de muerte sí se repite con el resto de proyecciones. Dentro del Festival, Pedro Martín Calero compartió Concha de Plata a mejor dirección junto a la directora Laura Carreira por ‘On falling’. La película desde el pasado viernes está en salas. Ahora que llega la noche de los muertos… ¿qué mejor momento para verla?