James Dean tras la lente de un amigo: la fotografía de Dennis Stock

La fotografía los unió de una forma inesperada

En 1954 el fotógrafo Dennis Stock tenía veintiséis años y se había mudado a Hollywood para trabajar en la prestigiosa agencia Magnum. Su nuevo puesto le introdujo en el mundo del espectáculo. Por aquel entonces, James Dean era un prometedor pero aún desconocido actor de veintitrés años. Acababa de terminar su primera película cuando se cruzó por primera vez con Stock.

Cartel promocional de Al este del edén – vía Sensacine

Ambos coincidieron en una de las fiestas que el director Nicholas Ray solía organizar en el emblemático Chateau Marmont de Los Ángeles. Allí pasan horas hablando de fotografía, un tema que interesaba tanto al actor como al experto. Debieron de conectar inmediatamente porque, poco después de que los presentaran, Dean invitó a su nuevo amigo a un pase de su debut en el cine.

Al día siguiente Stock fue de los primeros en ver lo que hoy consideramos un clásico del cine, Al este del Edén (Elia Kazan, 1955). El fotógrafo disfrutó de la oportunidad pero, sobre todo, quedó fascinado con la actuación y la fuerte presencia que Dean tenía en pantalla. “Supe que este chaval iba a ser una estrella“, aseguraría años después en su documental Dennis Stock: The articulate image. El fotógrafo le propuso trabajar juntos en una serie fotográfica nada más acabar la proyección.

James Dean fotografiado por Dennis Stock – vía Magnum

Se vieron de nuevo a la mañana siguiente y hablaron durante horas sobre la vida de Jimmy, su niñez en un pueblecito de Indiana, sus planes de futuro… En apenas tres días habían forjado una relación de confianza que les daba pie a hablar de temas que rara vez mencionaban en público.

“De esa conversación saqué en claro que quería utilizarlo como símbolo del nuevo movimiento actoral en Hollywood”.

vía Magnum

Stock ideó el planteamiento que quería dar a uno de los ensayos fotográficos más interesantes del mundo del cine. Para mostrar al verdadero Dean debían viajar a Fairmont, donde creció, y a Nueva York, donde se formó como actor, para después volver a Los Ángeles.

Life Magazine le ofreció cubrir dos días de gastos a cambio de la exclusividad del uso de las imágenes. Convencer a la revista de apoyar el proyecto no fue tarea fácil ya que, en un primer momento, Life no creía que fotografiar a un actor desconocido fuera una buena oportunidad. Stock estaba convencido de que Dean tenía una buena historia que contar y siguió adelante pese al tibio apoyo de la publicación. Nunca pensó que los dos días presupuestados fueran suficientes, pero aceptó igualmente. La duración del proyecto se iría extendiendo hasta llegar a los dos meses.

Fairmont

“Nuestro viaje a Indiana estuvo cargado de melancolía y, por mi parte, de curiosidad”.

El pequeño pueblo granjero de Indiana sorprendió a Stock, que se había criado en un ambiente urbano completamente diferente, el Bronx de Nueva York. Con los años el fotógrafo recordaría sentirse muy a gusto y bienvenido en Fairmont. Dean llegó a la localidad tras la muerte de su madre, cuando aún era un niño. Había pasado la mayor parte de su vida con sus tíos, sus abuelos y su primo Marcus, con quien tenía una estrecha relación.

A Stock debió gustarle ver al actor desenvolverse en un entorno tan diferente al de los platós de la ciudad de los sueños. Sacó decenas de fotografías de gran valor para su proyecto. Durante el proceso, trató de conseguir captar situaciones espontáneas, pero no niega haber creado otras que se distinguen de forma evidente.

“Pero no intenté fabricar como tal. En el sentido de que, en las imágenes que había ideado previamente, resultaba obvio que habían sido ideadas y no me importaba, no era importante para mí”.

Quizás las imágenes más extrañas del paso de Stock por Fairmont son en las que Dean aparece haciendo una serie de expresiones infantiles dentro de un ataúd. Según cuenta su autor, el actor lo llevó a una tienda con una sala llena de ellos. Stock no se sintió demasiado cómodo cuando Dean saltó dentro de uno de los féretros y empezó a hacer carantoñas, pero terminó siguiéndole el juego. Para la última foto le pidió que simplemente mirara fijamente a cámara.

Me gusta pensar que [esa imagen] muestra lo perdido que estaba realmente“.

Dean posando en uno de los ataúdes de la tienda – vía Magnum

Durante ese tiempo en Vermont, Dennis pensó en el punto de su carrera en el que se encontraba Dean. Sintió que Jimmy jamás regresaría y tituló su foto favorita de la sesión como “No puedes volver a casa”.

“You can’t go home again” de Dennis Stock

Nueva York

 “[En Nueva York] me mostró, por primera vez, un lado de su personalidad que no había visto en Indiana o en Hollywood”.

James Dean en su apartamento de Nueva York – vía Magnum
Nueva York, 1955 – vía Magnum

Dean sufría de insomnio, por lo que se quedaba despierto hasta altas horas de la madrugada. Stock le seguía con su cámara mientras el actor le mostraba una mirada personal de la ciudad que tan bien conocía. Las fotografías pasaron de la apacible vida rural a bulliciosos bares, largas reuniones de trabajo y a las solitarias calles de la gran ciudad.

“Había algo de Nueva York que le desgastaba, y a su vez él me estaba desgastando a mí porque él no aparecía”.

El actor comenzó a faltar cuando habían quedado y su interés por el proyecto se iba disipando conforme su estado de ánimo se nublaba cada vez más. Stock persistió pues seguía confiando en su historia y cambió su técnica. El fotógrafo le siguió allá donde la joven promesa quisiera llevarlo y comenzaron a ir a lugares en los que James se sentía más cómodo, como el Actors Studio.

De esta etapa surge la fotografía más aclamada de todo en ensayo. En ella, Dean avanza por una solitaria calle de la ciudad sin nada que le proteja de la lluvia. Las antiestéticas vallas de obra, los charcos de agua que cubren el pavimento, las manos refugiadas en los bolsillos de su chaqueta, la mirada perdida en algo que ocurre fuera de plano y un cigarrillo quemándose lentamente en su boca son algunas de las señas de esta inconfundible imagen.

“Tan solo quería una imagen simbólica. Y esa fotografía ha ido más allá de mis expectativas. Estoy asombrado por eso”

Cuando la revista Life recibió el material quedaron más que sorprendidos con la calidad y el estilo de las imágenes. Pocas veces habían visto a un aspirante a estrella rodeado de cerdos mientras tocaba algún tipo de extraño tambor. Las imágenes eran sin lugar a dudas rompedoras, quizás incluso demasiado para publicarlas. Los editores sénior trataron de bloquear el proyecto, pero acabaron cediendo al pensar en la exclusiva que supondría si Dean terminaba haciéndose un nombre en Hollywood. El de Fairmont no solo acabaría consiguiendo un hueco en la industria del cine, sino que se convertiría en uno de los símbolos más importantes del séptimo arte.

Páginas centrales del reportaje de cuatro caras de la revista LIFE

Los Ángeles

Pese a la publicación de una pequeña parte del ensayo fotográfico, la colaboración entre Dean y Stock no acabó ahí. Tantas horas juntos habían terminado uniéndolos, por lo que mantuvieron el contacto después de la publicación del reportaje y del estreno de Al este del Edén.

Cuando volvieron de Nueva York, el rodaje de Rebelde sin causa (Nicholas Ray, 1955) estaba a punto de empezar. Aprovechando su amistad con el director, Dean y Stock consiguieron que el segundo pudiera colarse en el set como “coach vocal”.

“Casualmente yo siempre tenía una cámara colgada de mi cuello”

Natalie Wood y James Dean durante una escena de Rebelde sin causa

“El ensayo se extendió más allá incluso de lo que LIFE podía utilizar”. Se había forjado una verdadera amistad.

La relación entre ambos continúo hasta la trágica muerte del actor en un accidente de coche en septiembre de 1955. De hecho, Dean había propuesto al fotógrafo hacer un viaje en coche el día antes de la desgracia.

Sus vidas se cruzaron tan solo durante ocho meses, tiempo suficiente para que dos jóvenes, muy diferentes entre sí, aprendieran a entenderse el uno al otro. Esto se ve reflejado en las fotos de Dennis Stock, seguramente el acercamiento más honesto a la verdadera personalidad del legendario actor. La prensa no ha tratado bien el legado de James Dean, atribuyéndole historietas con escaso fundamento que intentan resolver los misterios que dejó su prematura muerte. Al final del día, el ojo de Stock será siempre la fuente más fiable si queremos entender quién fue James Dean.

“Los mejores recuerdos que tengo de Jimmy en realidad son en Fairmont. Y es porque tengo esta visión colectiva sobre aquello que hicimos”.

James y Dennis en la fiesta de fin de curso de Fairmont

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