‘La virgen roja’: Sección Oficial del SSIFF’72

‘La virgen roja’, el retrato de Paula Ortiz para Hildegart, la joven nacida como la mujer del futuro en los años 30

‘La virgen roja’, de Paula Ortiz, tuvo su presentación oficial la tercera noche del Festival de Cine de San Sebastián en su 72ª edición. El recinto dorado y de terciopelo rojizo del Teatro Victoria Eugenia acogió a cientos de espectadores. El timbre que anunciaba el comienzo de la película hizo sonar su último recordatorio. Las luces se apagaron y en cuanto sonó la voz de Najwa Nimri fuimos conscientes de que, en realidad, no estábamos preparados para lo que íbamos a ver.

'La virgen roja'
Alba Planas, Paula Ortiz y Najwa Nimri de ‘La virgen roja’. Foto: Rubén Morata (@morataruben_)

La historia de Hildegart Rodríguez fue importante, al menos para sus contemporáneos. Niña prodigio educada con esmero por una madre fría y cínica, nació con el propósito de ser la mujer del futuro. Con proyectos más de ensueños celestiales que reales, la vida de la joven se tornó de un aspecto fantasmal. Sus trabajos sobre el feminismo y la sexualidad se adelantaron por décadas, aunque el momento nunca fue el adecuado. La guerra civil española se comió sus múltiples ensayos y su presencia se esfumó. Quedó una madre perturbada y papeles con un nombre que caería en el olvido: Hildegart Rodríguez.

Escoger esta biografía es a partes iguales arriesgado y valiente. Persiguiendo una sombra, los guionistas Eduard Sola y Clara Roquet hicieron un arduo trabajo de investigación. Sin embargo, este marco de realidad nunca fue un impedimento para Paula Ortiz, la realizadora aragonesa. Para ella era un regalo poder vivir una segunda república en nuestros tiempos. Más que limitar, lo utilizó como impulso: “había que contarlo de otra manera“. El cine es elegir, y vivir una 2ª República fue en cierto modo un privilegio, un grandísimo ejercicio de imaginación.

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Reparto de ‘La virgen roja’. Fotos: Rubén Morata (@morataruben_)

Los personajes históricos son un reto. Aurora (la madre), Hildegart, esa ama de casa, el joven Abel Velilla y ese editor cobran vida gracias a unas interpretaciones brillantes. Estas dos primeras, interpretadas por Najwa Nimri y Alba Planas respectivamente, han sido la rueda que pone en movimiento todo. Ellas empujan la película. Sus interpretaciones son sobrias, realistas y pasionales. Najwa respeta su distancia y Alba ha resultado por su carácter una joven actriz prometedora. Todo resulta en un baile cargado de tensión, con pausas para tomar aire, donde el resto de reparto como Aixa Villagrán, Patrick Criado o Pepe Viyuela terminan de crear una atmósfera embriagadora.

Hay tantas cosas que decir que siento que no hay palabras suficientes para contar por qué. Quizás es solo el ritmo del festival lo que hace que la mente se nuble. Pienso mucho en el guion y en como la idea aparece por un mensaje de una productora. Esto podría ser una película, ¿no? Y así nace la magia. Y así todavía el cine sigue mereciendo la pena. Con un mensaje que aborrece el olvido.

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Fotograma de ‘La virgen roja’. Fotos: Elastica Films

La película que no alcanza las dos horas tiene en realidad casi un siglo de espera, muchos meses de previos de información y un trabajo físico y mental exageradamente complejo. Un guion que cuenta con el punto de vista de los dos mundos: la compleja visión de una madre fanática con unos ideales y su hija, una pionera en la sexualidad femenina demasiado avanzada incluso para ese Europa de años 20-30.

La primera película que aleja a la gran Paula Ortiz de esa lírica a la que estamos tan acostumbrados a disfrutar. Sin embargo, no renuncia a su cuidadoso tratamiento de las texturas, de las luces y de su dirección de actores. La fotografía, por Pedro J. Márquez, mantiene cierto tono poético, con unos colores prudentes pero intensos, que no dejan de guiar la mirada del espectador. Nos hacen partícipes de esa posesión tan inmensa de Aurora. La pierna al dormir, el baile, la forma de tocar… un absoluto control de un ser que le pertenece. La esencia de la directora se mantiene en cada plano, en cada fotograma y en cada forma de mirar.

La virgen roja era difícil de contar y arriesgada de producir. Un proyecto que no todo el mundo se atrevería a hacer. Hay valentía y confianza. Un equipo con un sueño y una distribuidora como Amazon para llevarla a lo posible. La película llega a salas este viernes 27 de septiembre. En Amazon Prime se le guarda un hueco reservado. Gracias desde aquí a María Zamora (productora) por ese atrevimiento y ganas de contar. Mantenéis el cine como un arte vivo.

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