‘Soy Nevenka’, dirigida por Icíar Bollaín, basada en la historia real de la primera mujer en denunciar un caso de acoso en la política
‘Soy Nevenka’ es otra de las apuestas españolas que compiten en la Sección Oficial del Festival de San Sebastián en su edición 72. Me alegra poder escribir que está dirigida por una mujer cuya larga trayectoria siempre me ha contagiado gran inspiración: Icíar Bollaín. Entre sus otros títulos podemos contar con ‘El olivo’, ‘Te doy mis ojos’ o, más recientemente, ‘Maixabel’. Icíar vuelve a apostar por una historia real, cargada de emoción y dolor.
A principios de 2000, la joven Nevenka de 24 años regresó a su Ponferrada natal tras finalizar un máster. Allí fue reclutada por parte de un partido político para colaborar en su candidatura. Pronto fue nombrada concejala de Hacienda, y lo que parecía ser un éxito se tornó en una situación dantesca. Comenzó a experimentar acoso constante por parte del que terminaría siendo alcalde de Ponferrada. Armada de valor, rodeada por sus seres queridos, terminó llevando a los tribunales a Ismael, convirtiéndose en el inicio del movimiento #metoo.
Nevenka fue precursora en llegar a los medios y hacer público el acoso que sufrió por parte de un político. Fue precursora en no callar. Se arriesgó con todo y la justicia le terminó dando la espalda. Pero aquí alabamos su valentía, su fuerza y sus ganas de gritar en vez de guardar silencio. La justicia llega de la mano de esta película e Íciar Bollaín.
Llega a salas este viernes 27 de septiembre, y si acudes a verla en la gran pantalla sentirás un arco de emociones. Verás a una joven trabajadora con unas creencias que se vuelven cada vez más puras. Vivirás de primera mano como el alcalde, padre de familia, abusa de su poder y presiona hasta cortarte la respiración. Serás testigo de la situación de desequilibrio entre una sociedad que, para sorpresa de nadie, no se aleja demasiado de la actualidad.
Nevenka, que se atreve a dar la cara, quien decide romper el silencio, se convierte en la víctima y culpable al mismo tiempo. Ismael, el alcalde, sale impune y es defendido por el pueblo que jura que es muy simpático. La sociedad le da la espalda y la transforma en una mentirosa. ¿Os suena de algo?
Las interpretaciones recaen en la jovencísima Mireia Oriol, cuyo pensamiento y ganas de hacer esta película valoro infinitamente. Por otro lado, tenemos a Urko Olazabal, quien encarna a este villano con tanta pasión y firmeza que terminas odiándole con cada centímetro de tu corazón. Finalmente, la fe la recuperas parcialmente con Ricardo Gómez quien es capaz de apoyar por encima de la duda. La clave de todo es la verdad.
Destaca una fotografía de Gris Jordana. Al comienzo luminosa, llena de vida como Nevenka. A medida que se va reflejando ese constante mal, la luz se oscurece, simbolizando como ella se va apagando, creando esa especie de equilibrio. El guion por Íciar e Isa Campo hacen la justicia veinte años después. Nunca es tarde. Ni para denunciar. El rodaje, sin embargo, tuvo que distanciarse de Ponferrada y desplazarse hasta Zamora. Quizás todavía sea una herida reciente para esta primera. Quizás esta película colabore a cerrarla de un modo consciente, donde decidan cuidar y proteger de estos escenarios hostiles.