Descubre todos los significados del nuevo disco de Aitana
Aitana ha vuelto al pop, ha vuelto a su cuarto azul. Después de unos años experimentando con la música más electrónica en Alpha, con su parte más roquera en 11 razones y con el estilo más urbano en Spoiler, la catalana ha retomado el pop español. Con Cuarto Azul regresa a sus orígenes: a canciones muy bailables mezcladas con baladas muy profundas.

Es ya sabido por todos que estos últimos meses no han sido los mejores para la artista. Como se pudo ver en su documental Metamorfosis, le diagnosticaron con depresión. Pero, como buena compositora decidió refugiarse en el estudio para crear este álbum. En el momento en el que tomó la decisión de pedir ayuda fue cuando realmente comenzó su metamorfosis.
“La experiencia más bonita que me ha regalado la música en este proceso creativo ha sido literalmente sanarme. Sentir que lo que me hacía feliz era la música. Yo siempre le decía a mi psicóloga que, menos mal que tengo esto, soy una afortunada porque estoy curándome haciendo canciones“, confesó Aitana en la Listening Party del disco.

¿Qué significa Cuarto Azul?
El concepto narrativo de este disco está ligado a un color, el azul klein. Su significado más literal es que hace referencia al color de las paredes de la habitación de su infancia. “A mi madre le dijeron que yo iba a ser niño hasta los seis meses. Se equivocaron, pero mi madre ya había pintado la habitación de azul”. Pero, este concepto también tiene un significado más emocional. Aitana se aleja de la asociación que en el mundo anglosajón se le da al término azul (blue), que también significa tristeza. “Para mi el azul no es tristeza. Es paz y es volver al lugar seguro”, ha explicado en El Hormiguero.

Cuarto Azul nace de esa depresión, de ese sentirse perdida. Es la necesidad de volver al lugar donde creciste, donde eras tú. Como ha aclarado la triunfito “el disco se caracteriza por tener dos partes. La oscuridad, que es donde está más la ansiedad, la rabia, la frustración, la depresión. Y luego todo lleva a la luz y hacia curarte en el cuarto azul, que es volver a mis principios”.
Cuando hables con él
Cuarto Azul está compuesto por 19 canciones. Las diez primeras hacen referencia a esa etapa que Aitana explica de dolor. Sin embargo todo empieza a cambiar en la parte final del videoclip Cuando hables con él. Se observan las tres versiones de Aitana: de niña, de adolescente y de adulta. Todas ellas están atrapadas en el cuarto azul.
Un cuarto que cada vez está más deteriorado. Hay más goteras, la pintura está desgastada y las paredes cada vez se llenan más de todos esos pensamientos intrusivos de Aitana. “¿Alguien me oye? Me hago pequeña. Si me pierdo aquí, quién me encuentra. Pasa el tiempo pero no pasa nada. Me encontraré algún día. Cuando cierro los ojos estoy fuera. Creo que el cuarto soy yo“, son las frases que ella se repite constantemente.

Ahora el cuarto, más que una zona de confort, se ha convertido en una cárcel de la que no puede salir. “Me quiere, no me quiere, me quiere, no me quiere”, es lo que piensa la artista mientras arranca los pétalos de una margarita. Pero, cuando va a soplar el último pétalo parece que algo cambia y tres palomas que estaban atrapadas en la habitación quedan libres, vuelan. La puerta está abierta y huyen, al igual que Aitana. A continuación el cuarto empieza a arder, pero Aitana ha logrado salir de ahí, de ese estado en el que estaba retenida.

Luz de la mañana
A partir de Cuando hables con él, los vídeos musicales del resto del álbum cambian visual y narrativamente. Dejan de tener ese look totalmente azul y empiezan a ser mucho más cálidos. Aitana consigue parar ese bucle en el que estaba y pedir ayuda. Ahora va hacia esa luz de la que ella misma comentaba. Este cambio se empieza a producir al final de Cuando hables con él, pero se termina materializando en Luz de la mañana.

En este interludio la artista da las gracias a sus amigas por estar ahí cuando estuvo peor. “Lo veo en retrospectiva y, sí, siento que toqué fondo y no me estaba dando cuenta. Vosotras fuisteis un pilar muy grande en mi vida y me alegra poder decir que ya soy como la versión mejorada de mí”, añade la catalana. Esta canción es un punto de inflexión para Aitana. Gracias a ello, las canciones que preceden a este interludio tienen otra perspectiva: una mucho más alegre, más divertida, más despreocupada.
Estilo visual y elementos narrativos
Aitana ha decidido volver a sus orígenes y ha viajado al pasado a través de la estética de las cámaras digitales compactas de principios de los 2000. Los formatos de imagen casi cuadrados, el zoom, los desenfoques repetidos y el grano constante refuerzan este look. Este estilo visual no solo busca recordar una época específica, sino que también apela a la memoria emocional del espectador, dando una sensación de autenticidad y espontaneidad asociada a los recuerdos personales capturados con este dispositivo.

Con estas técnicas audiovisuales, la artista regresa a su raíz. Quiere volver a ser esa niña feliz, que escuchaba canciones con los auriculares de cable en su mp3, mientras miraba el póster de Britney que tenía colgado en la pared azul de su habitación. Así, consigue crear una atmósfera íntima y onírica, que le permite transmitir emociones profundas, como las que sintió durante su etapa más depresiva, y conectar de manera más directa con sus espectadores.

También, recurre mucho al uso del plano secuencia. La cámara casi siempre está fija y si se mueve es muy lentamente para seguir de cerca a la artista. Tan de cerca que acaba siendo también muy frecuente el uso de los primeros y los primerísimos primeros planos. Estos encuadres cerrados son muy efectivos para transmitir vulnerabilidad, introspección y autenticidad, elementos que son clave en la narrativa de Cuarto Azul.

Cuarto Azul, el álbum más personal de Aitana
En definitiva, Cuarto Azul es, probablemente, el álbum más personal y veraz de Aitana hasta la fecha. Más allá de un simple regreso al pop, este trabajo representa un viaje emocional y estético hacia su infancia, sus raíces y, sobre todo, hacia su propia sanación. En un momento vital marcado por la vulnerabilidad y la búsqueda de ayuda, Aitana ha logrado transformar su dolor en arte.
A través de un relato dividido entre la oscuridad y la luz, acompañado de una estética visual cargada de nostalgia dosmilera, la artista catalana se desnuda emocionalmente como nunca antes. Cuarto Azul no solo es un disco: es una confesión, un refugio, una catarsis. Un cuarto que empezó siendo una cárcel, pero terminó siendo la salida. La prueba de que a veces volver al pasado es la única forma de seguir adelante.