Alba Blanco
El 12 de septiembre de 2013, la BBC Two de British Broadcasting Corporation emitía por primera vez la serie “Peaky Blinders”.
Dirigida por Otto Bathurst, Tom Harper y Colm McCarthy, esta serie ha conseguido la aprobación, prácticamente unánime, de la crítica. Su cuidadosa ambientación, la exquisita interpretación de sus personajes, la majestuosidad de sus guiones, la tortuosa historia y los saltos narrativos, han hecho de esta serie todo un éxito en Inglaterra y también en países como España, desde que la serie empezó a ser distribuida por Netflix.
Nos encontramos en Birgmingham (Inglaterra), justo después de la Primera Guerra Mundial. El aire industrial y grisáceo, la suciedad de sus calles, los profundos abismos de sus transeúntes y el alocado paso de carros inundan las calles. De repente, seguimos la pista de un caballo, y a aparece en él montado el protagonista de toda esta trama: Thomas Shelby (interpretado por el grandísimo actor, Cillian Murphy). Muchos dirían que el papel se hizo a su talla, al igual que los trajes que llevan sus personajes. Y es que, toda la serie gira en torno a este personaje y, sin duda, el actor irlandés consigue meternos al 100% en la historia.
El reparto, que está encabezado por Cillian Murphy, Helen McCroy, Paul Anderson, Sophie Rundle y Tom Hardy, nos deja en vilo durante cada una de las temporadas (de momento llevamos cuatro).
Tanto la idea original, como su dirección creativa y guiones son convención de Steven Knight que no es la primera vez que adapta guiones. Ha trabajado en proyectos como “La isla siniestra”, “Promesas del este”, o “Las crónicas de Narnia: la travesía del viajero del alba”. A su vez, como director trabajó en proyectos como en la película “Locke”, en la que, además también era su guionista principal.
En “Peaky Blinders” retrata, sin duda alguna, a la perfección todo el conglomerado de personas que formaban parte de esta banda criminal, que existió en la realidad. Bajo la piel de actores conocidos, y otros no tan conocidos, la serie consigue transportar al espectador a un ambiente lúgubre y violento en el que los apuñalamientos, los asesinatos, las peleas entre bandas, el alcohol y la represión están a la orden del día.
Cuentan varios historiadores que la banda recibía ese nombre, debido a las cuchillas que escondían en sus boinas. Son varias las escenas de la serie en las que se muestran como sus personajes, asesinan sin ningún tipo de piedad a sus enemigos usando esas elegantes, pero al mismo tiempo siniestras boinas.
La música de la serie se ha convertido en una pieza esencial de su trama y de su narrativa. Es imposible que sus seguidores no se estremezcan al escuchar “Red Right Hand” de Nick Cave & The Bad Seeds, o que no recuerden el barrio de los Peaky Blinders y su entorno diario al escuchar “Birmingham” de Foxlane. Desde grupos como “The Kills” hasta otros como “Artic Monkeys”, la banda sonora de “Peaky Blinders” es variada y penetrante, como las miradas de sus protagonistas que tantas historias esconden tras de sí.
Para muchos, esta última temporada (la cuarta) ha sido una de las mejores. La incorporación de personajes en pasadas entregas como la de Michael (el hijo de Polly) ha creado un entresijo de problemas y de nuevas tramas que han complicado, aún más, la ya de por sí complicada vida de sus personajes.
A pesar de que la quinta temporada se confirmó antes de que se estrenara la cuarta, son muchas las incógnitas: ¿Qué sucederá con el personaje de Michael? ¿Cómo afrontará su vida Arthur después de lo sucedido? ¿Cómo llevará su vida Tommy a partir de ahora? ¿La familia continuará unida? ¿Cuántas nuevas caras aparecerán? ¿Qué caras nos dejarán?
Son muchas las preguntas que surgen al terminar la cuarta temporada. No obstante, habrá que esperar para poder descubrirlas. El pasado 20 de diciembre de 2017, la cadena anunciaba desde la cuenta oficial de Instagram que la serie volverá en 2019.
Habrá que esperar un poquito para poder descubrir qué será de la familia Shelby. Lo que si que está claro es que, para bien o para mal, esta familia de gansters ha logrado calarnos a fondo.