Trabajar para comer y no comer para aparentar

Por qué trabajar ya no sirve para comer sino para aparentar

Marta Odriozola

Todas las personas que han pasado a lo largo del tiempo por la faz de la tierra son, han sido y serán siempre vanidosas. Les gusta ser mejor que el otro para aparentar, e incluso ayudar al otro para seguir aparentando. Trabajar, para ellas, se basa en ese principio.

Todos, independientemente de donde vengan, aparentan. Está en la naturaleza de las personas, pero también está en su naturaleza el hecho de trabajar para sobrevivir. La diferencia de un tipo u otro de gente no se ve según el nivel de apariencia al que se quiere llegar, sino en el tipo de trabajo. ¿Por qué entonces los que más aparentan son los que menos aportan a la sociedad?

Una empresa que intenta vender un producto que no cambiará tu vida, ni te ayudará a ser mejor persona, ni te servirá para sobrevivir, consigue solamente hacer crecer tu ego. Y sin quererlo, se consigue que esa empresa y esas personas que la constituyen se encuentren en lo alto; su trabajo se convierte en el elemento que les lleva a lo alto del nivel de apariencia. Pero mírales bien: su apariencia no te da de comer. Ni siquiera les da de comer a ellos mismos, porque nadie come dinero.

Trabajar para comer y no para aparentar

Se inventan trabajos con los que ganar más dinero para conseguir subir en el nivel de egocentrismo, pero no se mejoran los trabajos esenciales con los que sobrevivir y que meten al trabajador en la parte baja de la sociedad. Si tanto el trabajo como la apariencia son parte de la naturaleza humana, ¿quiénes basan su vida en el trabajo, y quiénes en la superficialidad? ¿qué actividad pueden llamarse trabajos de verdad?

La gente deja de comer. Es una de las consecuencias de la apariencia: no comer para que la gente te vea delgado, para que piensen que no exageras, para seguir una dieta revolucionaria y a la moda, para aparentar. Antes se trabajaba para comer. Hoy en día, no se come para ser aceptados en un trabajo basado en la apariencia que se vende a la sociedad. Ahora no se come para aparentar. La apariencia es natural, por lo que el ego de la humanidad crecerá con el pasar de los días, meses y años. Pero hasta que no se entienda quien tiene el mayor derecho para aparentar, hasta que no se vea quien depende de quien, la sociedad de consumo y desigualdad seguirá adelante. Y nadie le dará las gracias a quienes trabajan.

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