Un estudio de Kingston respalda que no hacer la cama es bueno para tu salud, ¿Es cierto?
Sara Pardo
Desde que somos pequeños la mayoría hemos tenido que escuchar a nuestros padres ordenándonos hacer la cama. Un ritual que se repite todos los días en millones de hogares: te levantas y haces la cama. Este hábito rutinario y monótono a muchos les ha dado quebraderos de cabeza. La cama sin hacer se interpreta como un símbolo de desorden.
Sin embargo, para estos últimos apareció una buena noticia y es que dejar la cama sin hacer podría ser beneficioso para la salud. Un estudio realizado en 2005 en la Universidad de Kingston (Reino Unido) señalaba las mejores condiciones para la desaparición de los ácaros, pero no se llegó a completar. El estudio decía que la oscuridad y la humedad del cuerpo que se queda en las sábanas es el lugar preferido de los ácaros. Esos pequeños arácnidos que conviven en nuestros colchones y que provocan alergia entre 65 y 130 millones de personas. Al no hacer la cama dejas que entre oxígeno y luz, lo que mata a estos incómodos bichos. Tampoco hay que cantar victoria tan rápido puesto que tardan en morir de 5 a 11 días en un ambiente seco. Además, aunque mueran los cadáveres siguen en tu colchón y por tanto, seguirás sufriendo alergia.
Entonces ¿es negativo o positivo?
Dejando a un lado la ciencia, en mi propia experiencia lo he vivido de pequeña como un suplicio y ahora como un hábito que me ayuda a comenzar bien el día. Desde hace unas semanas, cuando guardé el edredón y desempolvé las mantas, hacer la cama requiere más esfuerzo y tiempo. Dejas de sacudir la sábana bajera y estirar un poco el edredón a calcular milimetrícamente las arrugas, poner capa sobre capa con cariño, hacer el esbozo y cubrir la almohada con la colcha. Este proceso me relaja y me avisa de que es una nueva jornada. Eva Hidalgo, psicóloga, declaró para El País que “empezar el día haciendo la cama nos ayuda a fomentar la sensación de tener la capacidad de organizarnos”. Yo lo he convertido en el primer punto que tengo que realizar en mi lista después de mis necesidades fisiológicas. Lo que provoca que sea la primera acción que empiece y acabe en el día. Eva también declara que hacer la cama ayuda a gestionarnos mejor el tiempo. Además, nuestro cerebro se activa y entiende que la etapa del descanso ya ha terminado.