Asedio, resumiendo rápido, el principio es muy lento y se hace algo pesado, el segundo acto es bastante entretenido y el final es muy anticlimático. Esta crítica contiene spoilers, aunque yo no lo llamaría spoiler, sino favor. Os ahorro el visionado.
Primer acto
Empieza contando algo, sin motivo aparente, que no se retoma hasta el final y continúa con el arranque real de la trama: un grupo de antidisturbios van a desalojar un edificio. La idea funciona, ya lo hemos visto en otras ocasiones, como es el caso de “Antidisturbios”. El problema recae en la utilización en exceso de los planos secuencia, con cámara al hombro. Aunque sí que ayuda a generar esa sensación de persecución constante, ralentiza mucho la narrativa al inicio y llega a cansar al espectador.
La película arranca con una puesta en contexto de cómo las amazonas peleaban y el cántico que las caracterizaba. Como digo, esto no tiene relevancia hasta los últimos minutos, pero luego iremos a eso.
Una vez presentado el cántico de las amazonas, nos presentan a la protagonista, Dani (Natalia de Molina). Vemos que su madre está enferma y que, en su última misión, el hombre al que iban a desahuciar, se suicidó.
Tras esto, empieza el desahucio, y por ende, la trama de verdad. Durante lo que queda del primer acto, seguiremos a Dani por todo el edificio, un trayecto que se hace eterno hasta que llegamos al primer punto de giro.
Dani y el dinero
Santa madre de dios, la cantidad de decisiones incoherentes que hay en una sola secuencia.
Dani encuentra un montón de dinero en uno de los pisos que no tenían que visitar y hace lo que haría cualquier policía en su lugar: cogerlo y esconderlo bajo el chaleco. ¡¿Qué clase de policía coge un dinero que no sabe ni cómo se ha conseguido ni si está siquiera marcado!? Esto es tomar a los espectadores por idiotas.
Antes de que se pueda ir, entra en el piso una unidad de antidisturbios y se esconde dentro de la pared que está, oportunamente rota justo al lado del armario en el que estaba todo el maldito dinero, en la casa del pavo con más dinero del edificio. ¿De verdad me quieres vender que se puede permitir una Smart TV, pero no arreglar la pared? ¡Venga, por favor!
El caso es que en esa unidad son unos corruptos y matan al dueño del piso, por no darles el dinero que ha robado nuestra protagonista. Dani graba el asesinato y la pillan, porque sí, no es lo suficientemente inteligente como para irse, después de grabar cómo le han rajado las venas a un señor, por no pagarles. Dani es una sádica que tiene que quedarse a observar cómo el tipo se desangra.
Los polis corruptos y su inteligencia sobrehumana
Seguimos en la misma secuencia, pero hay tantas cosas mal, que merece 2 puntos diferentes.
Vamos a ver, son policías corruptos. ¡¿Por qué les parece buena idea reclamar un “impuesto” ilegal, en medio de un desahucio masivo!? ¡Tienen otra maldita unidad entera dando vueltas por el edificio, con cámaras y radios!
Y luego, pillan a Dani grabando y, en lugar de ofrecerle una parte del dinero (que saben que lo necesita, porque al final le mencionan lo de su madre senil), deciden amenazarla A PUNTA DE PISTOLA REGLAMENTARIA. Es que es un sinsentido tras otro.
Segundo acto
Tras un arranque flojo, esto pinta bien, el móvil termina en manos de uno de los chavales del edificio, que huye con él. El segundo acto es acción pura y dura, una persecución constante.
Durante este acto, se trata todo el tema de la corrupción policial y el racismo. Cuando Dani ha logrado escaparse de los polis y está buscando al niño, hay una frase que refleja mucho los dos temas que acabo de mencionar: “Un niño siempre será un niño. Pero un niño negro, para ellos, solo es un negro”.
Tercer acto
Después de la persecución ininterrumpida, llegamos al final más anticlimático del año.
Dani consigue el móvil y puede escapar, pero el niño vuelve a la casa a por los papeles y la madre lo sigue. Como protagonista que es, no puede abandonarlos. Así que vuelve al edificio y se pone modo John Wick, hasta encontrarse de nuevo con el chaval y la madre, en su piso. Se encierran dentro y el último poli que queda, le da un sermón muy largo (demasiado largo) a Dani, para que maten a la madre y al niño, y ellos dos salgan impunes.
Obviamente, Dani lo rechaza y aquí viene el mayor sinsentido de la peli: en lugar de huir los 3, tranquilamente (les daba tiempo de sobra), mandan al niño, solo y con el móvil, a la aventura; mientras ellas se quedan a inmolarse contra el poli. Recordad niños, a pesar de que puedas huir, la solución correcta siempre es la violencia. Porque matar al poli y dejar al niño huérfano, es mejor que escapar todos juntos.
¿Recordáis lo que dije al principio de las amazonas? Pues es ahora, después de hora y media de película, cuando vuelve a salir. La madre del niño canta el cántico de guerra de las amazonas, mientras preparan los molotov y el poli tira la puerta abajo. En todo este tiempo, que estabais haciendo las bombas para inmolaros, os había dado tiempo a salir 3 veces del edificio y no dejar al chaval a su suerte, que a saber qué fue de él.
Cierra sin mostrar la inmolación, así que se queda en un “casi, pero no”.
Conclusión
Una buena idea con una ejecución terrible. Hasta el primer punto de giro es lenta y tediosa. El segundo acto es entretenido, no paran de pasar cosas y, realmente puedes sentir la tensión de la protagonista siendo perseguida; precisamente por el uso constante de la cámara al hombro. Pero la cantidad indecente de incoherencias en el guión y diálogos largos y vacíos, devalúan demasiado la experiencia. Las críticas al racismo y la corrupción son evidentes, pero creo que podrían haberse tratado algo mejor que simplemente mostrar qué racistas y qué malos son los polis de esa unidad. El final es anticlimático y carece de sentido, creo que quisieron hacer demasiadas cosas y no lograron hacerlas bien.