Renate Reinsve regresa a la pantalla para guiarte por un retablo emocional hasta convencerte de que este trayecto le merece el Oscar
Pensábamos que Joachim Trier no podía llegar más alto después de su última película La peor persona del mundo. Equivocándonos, y sirviéndonos de una jarra de agua fría, Valor sentimental pone las cartas sobre la mesa para relatar un dolor que en muchas ocasiones nace de la incomprensión: la falta de afecto y la ausencia de las figuras paternas. ¿Cómo alguien que es padre podría llegar a desvincularse de ese modo de sus hijas?, podría ser una de las preguntas. Sin embargo, es -o ha sido si creemos que este paradigma está revirtiendo- la norma y la tónica habitual en la sociedad.
Renate Reinsve, Stellan Skarsgård, Inga Ibsdotter Lilleaas y Elle Fanning se encargan de mostrar de la forma más terrenal y pura un drama familiar que abarca absolutamente todos los aspectos vitales de cada uno.
Nora (Renate Reinsve) y Agnes (Inga Ibsdotter) son dos hermanas distanciadas de su padre, Gustav Borg (Stellan Skarsgård). Un reconocido director de cine que pretende volver a hacer la que podría ser la película de su vida dos décadas después de que estrenase la película que le lanzó a la cúspide. Para ello, le pedirá a su hija Nora, actriz de profesión, que interprete el papel protagonista. Ante la negativa de ella por razones evidentes, el cineasta se lanzará a fichar a la reconocida y exitosa Rachel Kempt (Elle Fanning) para encarnar un papel que, desde luego, alberga algo más profundo de lo que parece a simple vista. Esto detonará la compleja relación familiar que mantiene el padre con sus hijas siendo la relación entre el lugar para refugiarse del trauma.
Valor Sentimental, cuando el trauma familiar inunda la sala
Cuando hablamos de retablo emocional, un concepto expuesto por dos amigos en los últimos meses, comprendemos la complejidad de las emociones. Un camino que nos guía para entender qué sucede. Al igual que hacen en Radio Nacional con el programa que nombra este concepto Retablo Emocional, Joachim Trier escoge el camino y te acompaña a través de Renate Reinsve para que sientas y comprendas las vivencias de la protagonista.
Este drama familiar, que habla del trauma más que del drama en sí mismo, crea este mapa emocional a través de Nora. Una actriz que, a pesar de estar rodeada de gente, se siente sola en este mundo que le desborda. Durante los primeros minutos de proyección, ya observamos cómo es la forma en la que está en el mundo lo que va a guiar un metraje que se podría definir como único.

Reinsve e Ibsdotter, directas a los Oscars
Está claro que la interpretación de Renate Reinsve es magistral. Mete en su piel la vida de Nora y la establece como propia. Algo que el director concoe y que ha optado por convertirla en su actriz feticha después de que protagonizase -y también deslumbrase- su película anterior. A su viva imagen del trauma se le une la compasión y resiliencia de Inga Ibsdotter Lilleaas oculta por el nombre de Agnes, su hermana.
Ambas habitan el trauma y muestran su forma de posicionarse frente al mundo y su padre. Sin juicios ni preferencias, solamente bajo el hilo de mantenerse unidas frente al dolor y la adversidad. En otras palabras, una sororidad y hermandad que les pone en el camino hacia los premios Oscar de 2026 para hacerse con el galardón a mejer interpretación femenina.
En el caso de Stellan Skarsgård y Elle Fanning no es diferente dado que acaban desbordando la pantalla y crean el imaginario perfecto para que confluyan las vidas de los cuatro intérpretes. Algo que también les acerca a los premios estadounidenses. Las notables actuaciones beben también de un guion y una narrativa perfecta. Cada palabra medida a cada gesto de las actrices y cada gesto, que acompaña la narración es captado por una fotografía digna de galardones. El conjunto de todos estos aspectos acaba sobrepasando las barreras imaginarias para dejar que Trier nos guíe por el camino emocional que desea.

Entre las favoritas para los Oscar en la crítica
Cuando parecía que “todo el pescado estaba vendido” tras el éxito de Una batalla tras otra del director estadounidense Paul Thomas Anderson, Valor Sentimental ha metido gol en el tiempo de descuento y se ha posicionado como una de las favoritas para competir por las estatuillas en todas las categorías posibles.
Este film, que se ha convertido en uno de los mejores de la década -y me atrevo decir en el mejor del año- llega a la gran pantalla este viernes 5 de diciembre para desenterrar traumas del pasado en los últimos días de otoño como antesala a la Navidad y al invierno.
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