Crítica de “Belle de Jour ” (Bella de día), el clásico de cine español de Luis Buñuel

La película del domingo

Alba Blanco

Nada mejor que un domingo para ver aquella película que siempre quisiste ver, pero para la que nunca encuentras el momento. En La película del domingo, repasaremos cada fin de semana un filme de la historia del cine que no te puedes perder. Hoy, repasaremos un clásico de nuestro cine: Belle de Jour (Bella de día) del cineasta español Luis Buñuel.

No hay suficientes palabras para describir la sensualidad y el fetichismo que rodean a Belle de Jour de Luis Buñuel. Aunque tal vez dos de ellas sean justo esas: sensualidad y fetichismo. Aunque con muchos matices. Todo ello, además, envuelto en una dualidad de espacios cinematográficos. Uno, es el real, o el que Buñuel pretende hacernos ver como real, otro es el explorado por los ojos de su protagonista (el que parece más irreal o fantasioso). Aunque, tal vez, como sucede con el espacio real, no sea más que otro producto de la percepción de su director sobre el espacio y el tiempo.

En la historia, Sévérine (Catherine Denevue) es una mujer de buena posición social, atormentada por una mala experiencia sexual sufrida cuando era joven. Sueña con todo tipo de fantasías sexuales. Casada con un atractivo cirujano, descubre la existencia de la prostitución matutina mientras pasea por las calles de París. Encuentra un prostíbulo conocido como la Casa de Citas de Anais y decide ofrecer como prostituta, a pesar de que no necesita dinero, prestándose a prácticas denigrantes y sadomasoquistas. Sévérine termina acostumbrándose a su doble vida, pero la aparición de Marcel, un delincuente que se enamora de Sévérine, complicará la cómoda situación de la protagonista. (Filmin).

Belle de Jour es una película realmente provocativa. Su director la describió como “pornográfica”, aunque añadió que exploraba el “erotismo casto”. Y es que en ningún momento de la película aparecen escenas de sexo como tal. Este nunca es mostrado, a Buñuel le interesaban más las perversiones. Un profesor que le gusta que le humillen como si fuera un esclavo, un hombre de dinero que fantasea con un ataúd. Si las perversiones imaginadas hasta el momento podían parecer excesivas, en aquellas mentes más calenturientas, Buñuel traspasó la línea.

En la película, la cámara sigue a su protagonista, Sévérine, como si fuera una especie de espía. Y es que algo muy común en los trabajos de Buñuel es, sin duda, mirar desde fuera al personaje, acercarse a él, examinarlo con una lupa y mostrar sus acciones. Para algunos críticos, esta es la película más representativa del “Buñuel francés”. Grabada en París, abarca, sin duda alguna, esa Francia burguesa y sofisticada en la que, cuyo estilo, bien podría guardar semejanzas a películas como “Al final de la escapada” o “La dolce vita”.

Ambigüedad en la puesta en escena

Fotograma de “Belle de Jour” (Luis Buñuel)

Si algo caracteriza a la película es sin duda su ambigüedad en la puesta en escena. Resulta complicado en ocasiones para el espectador entender hacia dónde quiere llevarnos Buñuel. La línea narrativa no parece seguir una estructura lineal sino que se dobla en el tiempo, se desplaza a sus anchas, parece que vuelve hacia atrás, otras parece que está en el presente. Pero lo cierto es que nunca llega a saberse con certeza. Y es que la película, como ya hemos comentado, se mueve entre lo real y lo ficticio, entre la realidad y la fantasía. Todo podría ser y a la vez no. Solo así conocemos a su protagonista.

Para Ed Gonzaléz (2003), uno de los talentos del director es la complejidad que transmitía en los detalles más pequeños que mostraba, en los más secundarios. Una puerta que se cierra o que se abre, el plano de unos pies que parecen subir unas escaleras y detenerse. Todos ellos hablaban de la condición social del personaje.

Belle de Jour es provocativa, desvergonzada, sútil y altamente alucinatoria. Se entromete en la intimidad más desnuda de sus personajes. Pero nada lo hace en vano. Y es que, ¿acaso hay indicador mejor que los fetiches sexuales para hablar de nosotros mismos?

La película está disponible en Filmin, restaurada en versión 4K.

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