El desapego a una sociedad, a ‘Los asquerosos’

Los asquerosos, la novela de Santiago Lorenzo que pone en jaque el continuo deseo de necesitar.

Los asquerosos es la última novela del cineasta, guionista y escritor Santiago Lorenzo. Santiago harto del cine decide regalar su creatividad a otro arte, la literatura. Desde hace una década se dedica a ello y ha escrito diferentes obras como Los Huerfanitos o Los millones, historias que desde el seno de la sociedad la critican. Santiago hace tiempo que está retirado de las grandes urbes y escribe desde una aldea como en la que se ubica Manuel, el protagonista de su último libro,

Manuel es un joven de 25 años con trabajos precarios. Estos le mantienen en el filo de cubrir la base fisiológica de la pirámide de Maslow. Sin más contacto social que su tío por el fracaso en cualquier empiece de relación, Manuel vive solo en un cubículo en Montera al que hoy llamarían estudio céntrico. No podemos ver a Manuel con otra perspectiva sino como una frustración del modelo que el capitalismo nos idealiza. El que pudiera ser un rasgo positivo como es ser un manitas, queda relegado a ser un friki por la fina línea divisoria que la sociedad establece.

Un día entre otros, sin marca ni reseñable, decide ir a comprar un utensilio banal. La salida de su celda coincide con una manifestación que estaba siendo reprimida y a nuestro protagonista se le abalanza porra en mano un antidisturbios. Manuel que no quería recibir un golpe injustamente decide defenderse con lo que tiene encima. Nuestro manitas que siempre lleva un destornillador en el bolsillo lo esgrimió apuntando a la yugular y en defensa hirió al policía.

El grave acontecimiento provoca que con ayuda de su tío se refugie prófugo de la justicia en una aldea abandonada de la España vacía. Así comienza la reinvención de Manuel, de la ciudad estruendosa al silencio aislado de un pueblo muerto.

Desnecesitar como valor único

Desde que Manuel llega a Zarzahuriel ve caer todos los convencionalismos inculcados. Los caprichos alimentarios que le mandaba su tío como chocolate o unas cervezas carecen de importancia, la ropa se convirtió en uniforme y tenía una muda para semanas, el champú y el jabón dejaron de tener sentido porque no había quien le oliese… Así, cada pequeña comodidad que nosotros convertimos en necesidad se deshace en capricho. Manuel comienza una campaña a favor de desnecesitar, dejar de lado lo que no sea fundamental para su supervivencia e invertir el tiempo en lo que él quiera.

La novela te cuestiona continuamente cuáles son las reales preocupaciones y necesidades del ser humano. Cuando no queda más que rechazar. que deconstruir, que fulminar de tu vida en sociedad; entonces reflexionas sobre la asquerosidad. ¿Somos nosotros los asquerosos que servimos y vivimos en lo establecido? ¿Es Manuel el asqueroso por desertar de la sociedad? A través de la historia, Santiago Lorenzo te plantea la duda, ¿Quiénes son los asquerosos?

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