José Antonio Moral |Fotos: Inés van Berkel
La Joy Eslava de Madrid albergó la nueva edición de la Fiesta Demoscópica de MondoSonoro
15 de febrero, mucha expectación y una fila de personas hasta San Ginés; así arrancaba la jornada de la Fiesta Demoscópica de MondoSonoro en la Joy Eslava de Madrid, evento caracterizado por proporcionar a bandas noveles la oportunidad de darse a conocer a apasionados de la música de la mejor manera posible: dejándose la piel en el escenario.
Tal y como se anticipaba en el cartel, la banda sorpresa de la noche no se hizo esperar: mientras las últimas personas terminaban de entrar en la sala, una versión reducida de Vetusta Morla, para sorpresa (y no tan sorpresa) de los presentes, interpretaron una emotiva versión de su nuevo tema, “Consejo de Sabios”. Sonrisas en el público y labios que se movían al compás de la canción avecinaban una noche cargada de buenos momentos.
Los primeros en estrenarse fueron North State, dúo de hermanos procedente de Figueres (Girona) que presentaron su visión joven, fresca y energética de la música electrónica. Poco margen hubo para los nervios que podrían acarrear el ser los encargados de “abrir” (salvo por la sorpresa inicial) la noche; Pau y Laia desplegaron su armamento musical de forma potente y efectiva, arropado por sus poderosas voces (recordando la de ella, en ocasiones, a Romy Madley, de The XX) y sus enérgicos movimientos en el escenario. Aprovecharon la ocasión, además, para presentar un nuevo tema, fruto de su colaboración con Ed is Dead. Sin duda, y sobre todo tras haber sido confirmados para el Primavera Sound, darán mucho que hablar de aquí en adelante.
Continuaron la noche Jump to The Moon, grupo de jóvenes murcianos ya presentes el año pasado en festivales como el WAM, WeekendBeach o Sonorama Ribera. Especialmente conocidos por su tema “2AM”, consiguieron hacer que el público saltase al ritmo de sus canciones y, pese a que era perceptible la aún escasa experiencia en el escenario, creemos que es un grupo que se ganará un notorio hueco el futuro, si siguen evolucionando por el camino adecuado.
Con la inagotable energía y visual estética que los caracteriza, La Plata, grupo valenciano que podría clasificarse entre el synth pop y el post punk, conquistaron el escenario de forma implacable, canción tras canción. Con su EP “Un Atasco”, recientemente estrenado, demostraron una excelente combinación de ritmo y melodía, acompañado todo por la característica y potente voz de Diego Escriche. Si hay algo que tal vez echamos en falta, sería una mayor comunicación con el público, ya que las canciones se sucedían apenas sin pausa y en algún momento la actuación progresó de forma aturullada.
Llega, caldeada la sala y levantados los ánimos, uno de los momentos más emotivos y esperados de la noche: la actuación de Maria Arnal y Marcel Bagés, presentando su disco debut, “45 cerebros y 1 corazón”, en el que confluyen elementos de la música tradicional catalana (de donde son natales) con otros propios de la música experimental; todo ello con un toque indudablemente personal, tanto en la forma de tocar de Marcel como en la de cantar (e interpretar) de Maria. Abriendo con “La gent”, cualquiera que no estuviese lo suficientemente familiarizado con su material terminó, seguramente, desconcertado cuanto menos; la canción fue poco a poco abriéndose paso entre los murmullos de la gente, que fueron cesando ante la melodía que emergía del escenario, tan poderosa como la imagen que el dúo emanaba, envuelto en luces rojas que acrecentaban el misticismo de su original sonido. Aplausos de admiración dieron paso a los siguientes temas, que fueron sucediéndose uno tras otro con absoluta brillantez: “No he desitjat mai cap cos com el teu”, “Canción total” (en la que no faltaron los coros del público) o “Tú que vienes a rondarme”. Delicadeza, denuncia social, actualidad e innovación musical; no se puede pedir más.
Tras unos minutos de incertidumbre sobre si Maria y Marcel pondrían el broche final a la fiesta, finalmente Sergio Marqués, director de MondoSonoro, dio paso a los ya míticos Vetusta Morla, que se encargaron de cerrar la jornada para júbilo y regocijo de sus fans, que bailaron y cantaron sus temas como si la vida les fuese en ello. Y no era para menos, puesto que la noche resultó ser redonda: artistas de calidad, mucha presencia femenina en el escenario (lo cual se agradece y se encomia) y grandes perspectivas de futuro para la escena musical española, que lejos de estancarse y morir, parece sonar con más fuerza que nunca.