CUATRO PERTURBADORES RELATOS RODEADOS DE PROFESIONALIDAD
El pasado 5 de noviembre se estrenó en la plataforma Amazon Prime Video este original e inesperado remake de la mítica serie homónima creada por Chicho Ibáñez Serrador: Historias para no dormir. Pese a que la original estuvo en antena nada menos que 16 años y cuenta con 29 episodios, el remake se basa únicamente en cuatro de esos episodios para completar su repertorio. Es cierto que se podría haber decidido aprovechar la temática pesadillesca para crear cuatro nuevas historias, pero lo cierto es que queda totalmente justificada la elección de versionar los guiones ya existentes dándoles un enfoque actual y novedoso en puesta en escena y trasfondo, aunque algunos sigan incluso la estructura narrativa original.
Nos llevan de la mano a este mundo de tinieblas los tremendos cineastas Pazo Plaza (REC, Verónica, Quien a hierro mata), Paula Ortiz (La novia, De tu ventana a la mía), Rodrigo Sorogoyen (El reino, Madre, Stockholm), y Rodrigo Cortés (Red Lights, Buried). El reparto no da menos impresión, y cuenta con Inma Cuesta, Dani Rovira, Miki Esparbé, Vicky Luengo, Nathalie Poza, Eduard Fernández, David Veraguer, Raúl Arévalo y Adriana Torrebejano.
“FREDDY” O CÓMO HACER METACINE
Freddy es, de los cuatro episodios, el que se utiliza como ejercicio de metacine. En él se relatan, a modo de marco contextual, los pormenores del rodaje real de este episodio en 1982, tras un extenso parón de la serie que duró ocho años. Durante el principio del capítulo podemos sentirnos polizones dentro del rodaje, ver dirigir a Ibáñez Serrador (interpretado por Carlos Santos), y andar a escondidas entre bambalinas siendo testigos de la historia de André, un actor bloqueado al que nadie valora y al que el mismo Chicho le da la “oportunidad” de sacar su talento de una forma poco convencional. “Muchas veces lo que buscamos está dentro de nosotros, solo tienes que dejarlo salir”.
Paco Plaza dirige esta pieza con la maestría del que controla a la perfección el género del terror, y siendo capaz de sembrarla con toques de un humor ácido y algo burdo que representa a la perfección la esencia de la época en la que el film se ambienta.
LA DISTOPÍA FUTURISTA DE “EL DOBLE”
Drama psico-emocional en el que seguimos los pasos de una jóven pareja que intenta sobrevivir a una sociedad que ya no parece tan futurista, en la que salir a la calle sin mascarilla es imposible y existe un polémico servicio basado en la inteligencia artificial: los dobles.
Quién podía contarnos esta historia mejor que Sorogoyen, que curiosamente ideó una obra parecida rodada durante la cuarentena para la miniserie “En casa”, interpretada por él mismo y su cónyuge, la actriz Marta Nieto.
EL SIMBOLISMO URBANO DE “EL ASFALTO”
Paula Ortiz nos cuenta, desde su propia visión, la historia de un hombre que desaparece. Salpicada con un aire de actualizada denuncia social hacia el adormecimiento colectivo en que navega la humanidad e interpretada por Dani Rovira e Inma Cuesta, esta pieza, la más breve de las cuatro, dotada del ambiente agobiante e incoherente de las pesadillas, y magistralmente dirigida, nos deja con un final abierto a la interpretación de cada espectador.
UNA “BROMA” ASFIXIANTE A LA VEZ QUE CÓMICA
Por último, Rodrigo Cortés reinterpreta este relato acompañado del inmenso trío formado por Nathalie Poza, Eduard Fernández y Raúl Arévalo (que aporta la ligereza cómica necesaria para que el argumento no se atragante). Un hombre de negocios, su mujer y su empleado de confianza se meterán en un bucle del que les resultará difícil salir.
Chicho estaría orgulloso de ver renacidas estas cuatro historias para no dormir, de eso no cabe duda.
