El director Imanol Uribe estrena su nuevo proyecto “La Sospecha Sofía” el próximo 3 de octubre, protagonizada por Álex González y Aura Garrido. Basada en la novela de Paloma Sánchez-Garnica, la trama se desarrolla durante la Guerra Fría y refleja a la perfección el dolor, la desesperación y las dificultades que se respiraban durante esos años cargados de conflictos y tragedia.
Este trhiller contiene todos los elementos clave para una buena producción audiovisual: espionaje, intriga, y drama histórico. Muestra perfectamente la situación política y social que se vivió en los años del franquismo, así como las desigualdades sociales, la lucha por la supervivencia y las decisiones condicionadas por dicho contexto histórico. Todo esto acompañado por una historia personal, dramática, y de acción. Este conjunto sirve como hilo argumental para desarrollar el conflicto interno que muchas personas tuvieron que sufrir durante los años de guerra. Sin duda, una película que recoge todas las características para ser un auténtico éxito.
Sinopsis
“La sospecha de Sofía” comienza con un mensaje anónimo que Daniel recibe en su oficina, que rompe la vida ordinaria que llevaba junto a su mujer Sofía, que parecía prometedora y feliz. Esta enigmática carta le hace cuestionarse su identidad y, como consecuencia, le obliga a ir a París, y posteriormente a Berlín a buscar respuestas. Un Berlín envuelto y sumido en plena Guerra Fría. Sin saberlo, aceptar esta invitación supondría el peor error de su vida, pues Daniel pasaría a ser una pieza clave en un plan secreto de la KGB para integrar su centro operativo en la España franquista. A partir de ahí, un mundo cargado de decisiones primordiales, suplantación de identidad y mentiras domina la vida de Daniel, vida que dejará de ser suya pues pasará a ser la de su hermano gemelo Klaus. Desde ese momento, Sofía vivirá en una continua sospecha.


Contexto histórico
Los años de la Guerra Fría (1947-1991) fueron complejos especialmente para los países involucrados. Se podía apreciar un enfrentamiento político y militar entre el bloque Occidental (Estados Unidos) y el bloque Comunista (URSS). El espionaje, la propaganda y las operaciones encubiertas fueron una herramienta primordial y frecuente en ambos bandos. En este contexto, Berlín supuso un escenario crucial, dividida en Este (bajo control soviético) y Oeste (aliado de las potencias occidentales).
La “Sospecha de Sofía” sitúa la acción entre la España dominada por la dictadura de Franco y el Berlín Oriental bajo control soviético. El muro de Berlín, precisamente, simbolizaba la separación ideológica, política y vital entre ambas partes. De hecho, al final de la película se observa la caída del muro (1989), que supuso el fin a la Guerra Fría y refleja el colapso de la división ideológica que había condicionado toda la vida de los protagonistas.
Cabe destacar que durante estos años, La Stasi (policía secreta de la RDA) y la KGB soviética controlaban, manipulaban y reclutaban agentes para operaciones internacionales claves. Por ello, para las potencias extranjeras España era un terreno estratégico, ya que se consideraba un puente hacia Occidente, pero con un régimen aislado que podría ser infiltrado. Este régimen autoritario con censura, represión política y control social limitaba las oportunidades y los estudios sobre todo de las mujeres.
Finalmente, el mayo del 68 en Francia y los movimientos estudiantiles europeos influyeron decisivamente en el ambiente político de la época. El cuestionamiento a la autoridad, la demanda de libertades y la tensión social forman parte del trasfondo que Sofía vive internamente.
Sofía, la gran protagonista de la historia
Lo que más destaca de “La Sospecha de Sofía” es la manera en que muestran con todo detalle la vida social que predominaba en aquel entonces. Sobre todo podemos apreciar este hecho con Sofía, una mujer que vivía limitada y cohibida dentro de una dictadura donde las mujeres no tenían voz ni futuro. Sofía debía quedarse en casa a cuidar de las niñas mientras Daniel, su marido, se iba a trabajar. Y pese a que ella deseaba ir a la universidad, estudiar o trabajar, Daniel se lo prohibía porque, según él, no tenía necesidad.
Sin embargo, a lo largo de la filmación podemos apreciar una gran evolución en la protagonista que entre sospechas, empieza a coger fuerzas, a encarar al sistema y finalmente, a hacer su vida como mujer independiente junto a sus dos hijas. Esta idea se refuerza con los planos utilizados: al principio Sofía se mostraba con planos muy cerrados reflejando esa sensación de sentirse vulnerable, pequeña y atrapada. Y finalmente, los planos que la encuadran se expanden, mostrando libertad, confianza y fuerza.

Identidad y puesta en escena
En cuanto a Daniel y Klaus, sobresale la manera en que son tan idénticos. Además, ocurre todo de manera tan espontánea, que como espectador cuesta distinguir la doble faceta, sobre todo en el momento en el que Klaus le suplanta la identidad a su hermano gemelo. Esto demuestra lo bien gestionada y realizada que está la película, pues pese a que existe una cierta confusión en alguna escena, finalmente entiendes todo lo que ha pasado de principio a fin.
Los colores fríos, los decorados antiguos y la manera en la que se observa cómo la situación política de los distintos países influye en la toma de decisiones de los personajes, te hace integrarte en la filmación y te traslada completamente a la España de los años 60-70. Además, la manera en la que se presenta el suspense provoca que el espectador, junto a la protagonista, estén en una constante incertidumbre, pues nunca se sabe cuál es la verdad con certeza y todas las conspiraciones que se van creando durante la película desaparecen constantemente. Es un sin fin de sospechas, que no te aclara hasta el final.
Mentiras y sospechas
En general, “La Sospecha de Sofía” contiene un hilo argumental fascinante y original, que además envuelve un trasfondo histórico que nos muestra realidades desconocidas sobre aquellos años. Una película que además de didáctica, es apasionante, entretenida e, incluso, emotiva en ciertos aspectos. Te engancha desde el principio queriendo saber qué es lo que pasa, y sin encontrar respuesta a esta pregunta en su transcurso. Con escenas de tensión e impacto, y conflictos personales de amor y mentiras, es un trhiller perfectamente planteado, escenificado, dirigido e interpretado.
Nada parece cien por cien confiable, y esto se refleja desde el minuto uno. Nosotros, junto a Sofía, estamos en una continua búsqueda de la verdad, tarea que se dificulta con silencios, miradas y tensiones. Nada es lo que parece, e incluso la realidad es incierta. Desde la primera escena hasta la última, sólo hay más que sospechas.



























